Antes "Verde Plaqueta" (aunque todavía es verde); antes antes "Documentando mi pasado, pa' que haya constancia" (aunque todavía lo documento, y todavía es pa' que conste).
jueves, octubre 30, 2008
Obamito
Hace rato, perdiendo mi tiempo en Facebook, me topé con que Edemege, mi amigazo de la secu y de la prepa, ahora pertenece al club de fans de John McCain. ¿¿¿JUAT???
¿Que no ha visto este video?
Yo no puedo dejar de verlo, ¡es tan bueno!
Y me pregunto: ¿por qué no hicimos videos virales chistosos en contra de Calderón? Pffff, ¡aprendamos la lección para 2012!
¿Pero saben qué tuvo AMLO que Obama no? ¡El Amlito de Hernández!
La situación es intolerable. Por eso exijo que alguien competente con el Photoshop haga al Obamito y luego lo estampe en calcomanías, banderitas y playeras:
(Sí, estoy en un Starbucks, acto antichairo máximo, pero hay internetssss.)
En la mesa de junto hay una chaira que estudia filosofía (lo acaba de decir). Está perorando cosas como "la mujer ya no puede pasar la vida barriendo debajo del sillón", "no es posible que el hombre siga en su papel de proveedor y no sea capaz de lavar un plato", "el matrimonio es una exigencia burguesa que no podremos tolerar más", etcétera.
Sospecho que hay un hoyo negro y que, mientras en mi mesa es 2008, en la de junto están en 1943. La chaira no está tomando un frapuccino- venti-deslactosado-light, sino un té de boldo, y les apuesto un caballo a que al final no conseguirá trabajo pero sí un buen marido que la mantenga.
Para celebrar Halloween con toda la pasión deportiva que nos caracteriza, venga y compre al Jugador #12: el futbolista sin cabeza. ¡Córrale que se acaban!
¡No Plaqueta, por favor no lo hagas! ¡No publiques otro post de cajas de cereal!
¡Y que sí y que sí y que sí lo publico!
Es que estaba haciendo limpieza de fotos y me encontré con las cajas de cereal del WalMart de Saratoga Springs NY. The real thing! Y ps dije: las voy a publicar, porque ps también ando celebrando que este fin de año, en contra de toda prudencia-previsión-y-buenas-costumbres-financieras, estaré por allá festejandi las navidades y anexas, y entonces muy gringou el post and you know.
1. Wild Animal Crunch El único cereal con trocitos de animales en peligro de extinción. Disfrútalo con leche de jaguar.
2. Reese's Puffs Qué bueno que no existe este cereal en México, porque ha de estar bien rico y yo me comería la caja de una sentada.
3. Cereal aburrido I: las buenas amigas Díganme por favor que la de piel blanca no simboliza el cereal de trigo entero y la de piel oscura las pasitas. Díganmelo.
4. Cereal aburrido II: Wheaties –¿Qué mascota le ponemos? ¿Un osito mamado? –No, un triatleta del Sport City (o cualquiera que sea su equivalente gringo).
5. Cereal aburrido III: Curves Lo que me hace pensar: ¿Por qué Sport City no tiene su propio cereal? Señores de márquetin, les paso al costo el tip, ¿eh?
6. El cereal con el que celebraron el CINCOU DI MAYOU (que ya había pasado).
7. El cereal de Barbie, con tanta azúcar que JAMÁS te verás como ella.
***¡Bonus!***
En la sección de LATINO FOOD me encontré con que el chocolate Milo no ha muerto: Y eso que en algunos lugares Milo es el nombre genérico, así de "¿me da un Milo por favor?". Se pasan de lanza, y nosotros aquí con el chocolate sabor tierra de la jirafita o ese que tiene a una monja impresa en la bolsa (¿aún existe?).
Envio Orden de Compra pido de favor de enviar factura con original y cuatro copias de Lunes a Jueves en el horario de 4 a 5 pm .,primero pasar conmigo a recoger la orden original. Esta ODC tiene una vigencia de 5 días hábiles para someter a revisión. El primer día de revisión es el día 3 de noviembre. Último día de revisión del mes es el 2do de noviembre y se reanudará el primer día hábil del siguiente mes.
¿QUE QUÉ? A ver. Si en cinco días hábiles caduca, para el 1 de noviembre ya no sirve, pero el primer día de revisión es el 3 de noviembre, aunque el último día de revisión es el 2 (Día de Muertos).
Quizá recuerden mi glorioso paso por el mundo de la publicidad (no, no voy a linquear a ya-saben-qué-post). Entré sin saber lo que era un copy (o sea yo) y salí llena de terminajos en pikinglish, como: brif, agüarnes, engueichment, trisisti, guordofmaud, draitogüeb, coltuacshon, branecspíriens, fónel, costumeryorni, pointofsel, brandin, marquetsher, etcétera.
Me la pasé bien, fueron nueve meses en los que aprendí todo lo que mi profe de la materia "Publicidad" no me enseñó (el güey se llamaba Hugo Sánchez –jijiji–, le decían "EL PETANPCHICHI DE LA COMUNICACIÓN" –más jijijijiji– y tenía el mismo peinadito que el afamado ex futbolista –recontra jijijijiji–). Y ahí estuve hasta que me hicieron una oferta laboral que yo ingenuamente acepté, y que a la mera hora resultó no ser el cofre lleno de oro prometido, sino un puñado de cuentas de vidrio (o un palmo de narices, que para el caso es más o menos lo mismo).
Pero basta de lamentar mis penurias laborales y financieras. Hoy es un día para estar felices, porque después de 2700 calorías terminé e (los españoles le pusieron e-jecutivos, un añadido absurdo como los que le ponen a las películas, tipo... no sé, Juno: crecer, correr y tropezar, pfff), una novela que se desarrolla en las oficinas londinenses de una agencia de publicidad trasnacional, y que está narrada todititita a través de e-mails de sus empleados.
En la Feria del Libro del Zócalo estaba a 30 pesos, como parte de los libros-que-nadie-quiso-comprar de Editorial Planeta. ¡Qué escándalo! De haber sabido hubiera comprado 10 y luego, no sé, haría una rifa, porque no aparece en catálogo ni en Gandhi ni el Sótano ni en las librerías del FCE.
No saben qué pinche libro tan divertido, especialmente para los que hemos trabajado en una agencia, pues es CABRONAMENTE realista. A casi todos los personajes les puse la cara de alguno de mis ex coguorquers. Están la secre rezongona enamorada del jefe, el director creativo arrogante que ningunea a sus subordinados pero les roba las ideas para atribuirse todo el crédito, el encargado de time sheet que envía anuncios de cosas inútiles que a nadie le interesan, el director de cuentas que trata como basura a sus empleados pero que es más pendejo que una zanahoria, el güey de administración que pide que "si de favor no pisen la alfombra de la recepción porque se está despegando", el cliente libidinoso, los creativos cínicos y cábulas, la copy chaira que no quiere aceptar cuentas que atenten contra el medio ambiente, etcétera.
Se me salieron varias carcajadas mientras estaba en la elíptica, y unas señoras del gimnasio voltearon asustadas porque creyeron que me estaba ahogando. También hubo momentos de gran emoción, así de "no mames no mames no mames qué va a pasar, ¡que ya le entreguen el paqueteeeeee!" en los que hasta pedaleaba más rápido, como si estuviera oyendo mérol, así de adrenalínicos me caidemadres.
El único pero es la traducción, demasiado clavadamente española. Peeeero no me quejo, porque supongo que la versión original está llena de slang que me hubiera tardado seis años en descifrar.
Qué poca, llevo dos días con esta canción pegadísima:
¿Se acuerdan de esa telenovela? No tenía ni tantita madre: era como un Speed Racer de petatiux, protagonizada por Kuno Becker (¿¿quién se llama así??) y Anahí cuando ya tenía como quinientos años –y se le notaban– aunque el personaje no había cumplido ni los 15. Pero si ella tenía quinientos, los otros protagonistas, quesque chavos de prepa, tenían un millón. Ana Layevska se ligaba a un ñor que parecía mesero argentino de la Condesa de esos que ya llevan un cuarto de siglo sirviendo churrascos.
Ay, las telenovelas. ¿Hay actualmente una así toda vaciladora?
¿Se dan cuenta de que Titanic en realidad no es tan mala, sino que nos agarró en la mera edad de la presunción, y que por lo tanto fuimos incapaces de aceptar que nos había gustado?
La fui a ver con dos amigas de la secu: Lilly e Itziar, al Cinemex Galerías (qué, ¿hay otro?, juju). Y, aunque no tengo ningún argumento científico, me atrevo a hablar por las tres: fueron los 194 minutos más cortos de nuestras vidas, se nos escapó una sonrisita cuando Rose y Jack al fin se dan ese beso épico en la punta del barco (¿proa? ¿popa? ¿babor? ¿estribor?), y se nos salieron las lágrimas cuando DiCarpio se muere. Nos trepamos al pinche jueguito mecánico-emocional de Cameron y no nos detuvimos ni un segundo a cuestionar el truco... hasta que prendieron las luces.
La película nos zarandeó hasta la rabadilla, y aun así las tres exclamamos al salir del cine: Qué porquería, es una basura, qué cursilada, seguro a las pendejas del salón les encantó y ya la vieron 15 veces, qué idiotas, seguro se mueren por el chaparro de DiCaprio, guácala, tiene cara de bistec. Luego vinieron los absurdos incuestionables argumentos científicos: es que el barco no podía hundirse así, es que la electricidad duró mucho tiempo, es que cómo crees que se iba a hundir el muerto si los muertos flotan, etcétera.
Me imagino la escena repetida ad infinitum a lo largo y ancho de la ciudad, del país, del continente, del mundo, del universo. La magnitud comercial de la película impedía a cualquiera con tres centavos de "al-ter-na-ti-vo" decir ni media palabra positiva sobre ella, porque... porque ps así funciona, ¿no?
Si no nos hubiera gustado tanto, no hubieran sido tan enormes la culpa y la necesidad de negarlo. Si hubiera sido una película "comercial" (cualquier cosa que eso signifique) equis, igual hasta le hubiésemos dado algún adjetivo amable, como "dominguera", "entretenida" o hasta un benévolo "chafona". Pero no: hubo que sacar dientes y uñas.
Al pobrecito DiCaprio nos lo pusimos como chancla sólo porque era lo suficientemente bonito para ser miembro de una boy band. Y ahora, además de ser el niño consentido de Scorsese y haber actuado para otros rockstars, hasta dirige películas chairas y sale en videos chairochingones como éste para que los gringos no sigan permitiendo que los malos ganen (hey Tim!).
Contra Kate Winslet nadie dijo nada porque no hay nada malo que decir. Es maravillosa, y además le enseñó al mundo que tener bracitos rollizos no estaba peleado con ser una mujer guapísima, que ñe que ñe.
Oquei, tampoco es mi película favorita, y la verdad la mera escena final me parece espantosa (mejor hubiera tirado el ese corazón al agua y tan tan). Pero el punto de este post, como algunos ya habrán notado, no fue Titanic, sino la absurda reacción de muchos de nosotros. Negar nuestras lágrimas y risas fue mucho más borrego que decir que nos había gustado. Y esto fue sólo un ejemplo: ¿cuántos otros millones de placeres culpables no nos atreveremos a confesar sino en nuestro lecho de muerte?
***
Propuesta: ¿Titanic pachecos? Pongan fecha, yo pongo las gelatinas light para el monchis.
Llegaron a mi vida a los 14 años con el video de "The Memory Remains". Yo entonces no sabía que estaba "mal visto" que te gustaran el Load y el ReLoad –e incluso el disco negro–, no tenía idea de su trayectoria ni había headbangeado con Master of Popotes a los.. 3 años.
Entonces me encantó, así cabrón, quedé embelesada por la música y la actitud y los guitarrazos y hasta la participación coqueta de Marianne Faithful, además de que ps no es mal video (sí, es el clásico "la banda tocando", pero por lo menos dan vueltas). Unos días después corrí a DISCO CALIENTE, una tienda bien pitera que estaba frente a la Anexa. Como no lo tenían, caminé unas cuadras a Discolandia, y ahí fue: el primer cedé que me compré everrrr. Me costó 116 pesos.
Luego vinieron todos los demás discos –cuando todavía existía eso de comprarlos originales. Pasé el resto de mi tercer año de secundaria dibujando James Hétfiles en la parte de atrás de mis cuadernos y en el taller de Artes Gráficas.
Entré a la prepa luciendo mi playera XXXXL de One y siendo tan fan de Metallica como se puede ser fan de algo cuando tienes 15 años. En el transcurso de ese año salió el Grage Inc., y fue el primer disco que esperé ansiosa y que compré el mero día que llegó a Mécsicou. Lo adquirí en el ahora desaparecido Rock Shop Coyoacán (era bueno el lugar, ahí también, más adelante, compré mis primeros cedés de Arch Enemy, de Lacrimosa –jijijij– y... ¡de Helloween!) y me vieron feo por pedir un producto tan fresa.
Lo escuché hasta el cansancio.
Y luego, plaff, el esperadísimo anuncio: Metallica en México. ¡Uf! Dagoberto, mi novio de entonces, me acompañó a las taquillas una tarde antes de la venta de boletos, a ver qué tanta gente había. Obviamente UN CHINGO, pero estaban repartiendo brazaletes numerados para que ya no te tuvieras que quedar ahí 24 horas envuelto en cobijas de migrante y sobreviviendo a base de atole y tortas de tamal, sino llegar al día siguiente, formarte con tu número, pedir tus lugares y todos a dormir o a la escuela o a la oficina o al taller o lo que fuera.
Esa noche nos quedamos en casa de Dagoberto. Mario, el Richie, el Pancho, el Gollo y yo. *Aquí les prometo una foto del Mario borracho junto a una nota del periódico que decía "Metallica en México", pero la tengo en mi pecesota, luego la saco.* Casi no dormimos de la ansiedaaaat.
Ya en el Palacio se armaron los putazos. Los que se habían formado toda la noche –sin brazalete– nos aventaban piedras. Afortunadamente no nos cayó ninguna. Los boletos costaban 800 pesos, me acuerdo clarito. Conseguimos cuarta fila en medio, magníficos lugares. Me metí mi boleto en el brassiere y me fui a mi casa a dormir.
Pasaron los días, las semanas, los meses. Diez días antes del concierto estalló la huelga en la UNAM. Y perdónene los chairos, pero honestamente yo estaba más interesada en Metallica que en el CGH.
El día del concierto llegamos tempranito, como hora y media antes de Monster Magnet –la primera banda abridora–, y estuvimos ái nomás, cagándonos de emoción, contemplando el escenario vacío. Los lugares eran MARAVILLOSOS, al menos para mis estándares del momento. Recuerdo clarito que pude ver feo e "insultar" manualmente (qué malota) al de Monster Magnet (pobrecitos ellos, ¿qué culpa tenían?) y que él me vio y me la regresó y los dos nos cagamos de risa, ¡wooooow! Yo no cabía en mí de la emoción, y no porque una protocelebridad me acabara de "hacer señas obscenas", sino porque así de cerquitas del escenario le vería el cacarizo a James, las arrugas prematuras al cascarrabias de Lars, el bigotín mal rasurado a Kirk y las huellas del matrato por parte de sus compañeros de grupo a Jason, y a lo mejor hasta babas y sudor me tocaban.
Pero llegó Pantera –la segunda banda abridora– y todo valió verga.
Es historia conocida. El mérol no conoce el orden. Así que arrancaron las sillas y empezó el slam. Mi fuerza y resistencia físicas siempre han sido nulas, así que no tuve de otra que salirme del desmadrito y retroceder el equivalente a una dos tres cuatro cinco seis siete ocho nueve diez once doce trece catorce quince dieciseis diecisiete dieciocho diecinueve veinte veintiuna... quizá cincuenta filas. O más, no sé, no supe, nada.
Pinches metaleros nacos.
Y más que el que me hubieran despojado vía fuerza bruta de mi lugarsísimo y de mis ilusiones adolescentes, lo que me emputó "sobremanera" fue que mi novio hizo plática con unos desconocidos, que le preguntaron: ¿y por qué no te quedaste allá adelante? Y él dijo, señalándome: por ésta. Noononononono mamar: PRIMERO, no necesito que ningún cabrón me cuide, me puedo salir sola, no es peor que la hora pico del metro, gracias; y SEGUNDO: ¡la fan aquí SOY YO! ¡Tú vienes porque YO vengo, eres el equivalente a "la novia" que va a los conciertos en tacones y se aburre por hora y media mientas el oficinista se desgañita! ¡Haz lo que pinche se te dé la gana! ¡GrrrRrRRRrrrrrrr!*
Pero ni eso logró acabar con mi entusiasmo. Encontré un montículo de sillas rotas y ahí me trepé, para ver, aunque fuera de lejos, pero VER. Y vaya que vi. Así chiquitos ellos y a lo lejos, pero entonces todavía no era miope, y me los sabía tan de memoria por las fotos que ya les adivinaba el cacarizo y las arrugas y el bigotito y el maltrato. Canté todas las líneas, me acabé la voz en la primera rola pero le seguí hasta la última. Fui feliz y grité como fanssss desmayada de los Bíroles (antes de desmayarse, y sin desmayarme yo), ay ay ay.
Salimos como zombies, en shock, felices como el que más (¿como el que más qué?). Nos moríamos de sed, no había NINGÚN tipo de bebida a la venta. Mario se tomó un pedazo de hielo derretido, de esos bloques que ponen en la banqueta. Yo pepené agua de uno que vendía sopas maruchan, le dije que si me servía tantitita en la taza de METALLICA que me acababa de comprar (por cierto, ¿qué habrá sido de ella?). Mario se robó la horrorosa playera que en estos momentos traigo puesta:
Oficialmente: la playera más fea del mundo.
(Pasaron como dos años para que yo lograra convencerlo de que era una talla muy pequeña para él y que mejor me la regalara.)
Éramos tan jóvenes.
Hoy Metallica toca en los MTV Awards de Guadalajara, eso no cuenta, porque se echarán una rolita y adiós, además de que "amenizarán" junto con Juanes (que es un solo Juan y no varios) el "evento". Pero si llegan a dar otro concierto de verdad en México, seré el equivalente a los mamones que en 99 me preguntaban, viéndome hacia abajo: (impostando la voz) Y... fuiste a los conciertos del 93, ¿no? Porque yo sí. Sí, claro, como todos vamos a los conciertos de mérol a los nueve años de edad. Babosos. Ahora yo veré hacia abajo a los chavos: (impostando la voz) Y... fuiste al concierto del 99, ¿verdad? Porque yo sí, tuve cuarta fila. Omitiré los detalles escabrosos e inventaré alguna historia propia de ese tipo de gente, los "yo llegué primero", de ésas que ni ellos se creen: "Mi primer disco de Metallica fue el And Justice, me lo compré a los seis años", o "Mi mamá me ponía The Four Horsemen para que me durmiera, de verdad, ninguna otra cosa era efectiva", o "Me encontré a los de Metallica en las pirámides de Teotihuacán y luego nos fuimos al téibol", etcétera.
Luego vino el escándalo de Napster, la música "no comercial" llegó a mi vida, también el afán adolescente de "ser diferente", y dejé a Metallica de lado. Pero ahora, años después y desintoxicada de tanta mamada, puedo decir que me gustan un chingo –todos los discos menos el St. Anger, que suena a puros charolazos, no tiene pedón de dios ni de satán–, que sus rolas me siguen emocionando, y que el álbum que menos me gusta (anden metaleros puristas que todavía viven con su mamá, línchenme) es el And Justice.
Tan tan.
*Cabe señalar que Dagoberto es bien chido y que no entra en la categoría de novios malos, ahora es gran amigo, ¡saludos! Nos vemos hoy en tu fiesta.
Interrumpí mi lectura -Ibargüengoitia, Instrucciones para vivir en México, que por alguna extraña razón no había leído, creo que me lo robaron en el salón de "cómputo" de la prepa- para ver el nuevo video de Metallica en la tele que tienen para que nos entreténgamosss como las ratas-tras-el-queso que somos.
El video tampoco había pasado por estos mis ojos promedio color café normal. Me gustó su temática chaira y me imaginé que si todo ese tierrero no está generado por computadora sino alborotado por un ventilador los pobrecitos gringos estos, que ya no son unos chiquillos, aún están sufriendo las terribles consecuencias respirarorias y oftalmológicas. También me entristeció ver tanto gel en el pelo de James Hetfield, parece que se lo exigieran en su trabajo. Al bajista seminuevo no lo enseñan mucho porque es latino.
Embedearía el video pero no se cómo, 'orita que me baje de este aparato y vaya a mi casa.
Me han estado doliendo las rodillas bien gacho, entonces pedí recomendaciones por todos lados y al fin me mandaron con un traumatólogortopedista que asegún era bien rockstar, de currículum impresionante. Y ps es que está bien viejito-honorable. Resultó ser de lo más simpático, parece diseñado por Patricio:
Es más o menos así, pero sin gorra y con pelos en las orejas.
También es un señor bien coqueto, de esos que aprovechando que son doctores de la rodilla te sabrosean la ídem, pero así jocoso y buenonda.
Su consultorio está decorado con pósters que van de la mano con su profesión:
Después de revisarme, me dijo: estás bien chueca, tu cartílago está todo desgastado. Y yo: ¿vuelve a crecer? Y él: no.
Sniff.
Me sacó unas radiografías y me enseñó cómo mi rodilla derecha se machuca toditita. Auch.
Y yo que quería entrenar para la carrera del Dr. Simi del próximo año, pero ya me dijo que ñe: no correr, no caminar mucho, no subir escaleras. Sólo elíptica ('ta bien, así leo más) y bicicleta (pero sólo estacionaria porque la que sí se mueve no la sé usar). Y que me tengo que poner MAMADÍSIMA de las piernas. Quizá eso explique las fotos de los coches: mamadez - Coapa - coches - coches tuneados - Coapa. Todo tiene sentido.
Un amigo tiene una nueva chamba en una revista, y después de una semana de espantosa explotación laboral se enteró de que, a pesar de que todos los días sale por ahí de las 10 PM, NO TIENE PERMITIDO ir a la tiendita a comprar galletas. ¿JUAT? Cuando en otras chambas, cuando eres "creativo", tienes chance de irte a dormir a los sillones del Starbucks durante horas (o por lo menos eso me platicó Gabriel).
Yo porque ya trabajo desde casa y puedo hacer "de mi vida un papalote", pero sí cierto, siempre salen con alguna mamada, como por ejemplo:
-Se vale usar el Messenger, pero SÓLO la versión 1.0. Las posteriores están bloqueadas. -Tienen bloqueado YouTube (y es una agencia de publicidad que hace comerciales). -Tienen bloqueado Facebook (y es una agencia de publicidad que hace estrategias para redes sociales). -Tienen bloqueados los blogs (y es una revista o periódico). -No pueden comer ni consumir bebidas (no alcohólicas, se entiende) dentro de la oficina, ni aunque prometan no llenarla de migas y derramar la coca y dejarlo todo como cine piojito.
Es como si en una empresa de comida congelada prohibieran los sitios de recetas de cocina.
Sin duda, el premio a las prohibiciones absurdas se lo lleva el Reforma: tienes que ir de traje todos los días o de zapatito si eres vieja. Los fines de semana son "casuales", pero si eres machín hay que usar "cuellito", y claro, nada de mezclilla o tenis porque eso es de DELINCUENTES. O sea que si a huevo te quieres poner tu playera de Metallica terminarás viéndote así:
Convoco a todos a que compartan las restricciones estúpidas de sus respectivos trabajos.
El otro día fui a dejar unos recibos de honorarios.
–Hola, vengo a dejar unos recibos.
La señora-de-los-recibos me vio con ojos de pistola, como si le acabara de decir "oiga, usted es una pendeja".
–¡¿Quién eres tú?! –me preguntó con tono de maestra de primaria pobre pidiéndome mi número de lista para ponerme taches.
Le dije quién era yo: soy colaboradora, no sé de qué tengo cara, pero te aseguro que no vine a robarme los angelitos de plástico ni las mascaritas de porcelana de tu escritorio.
–A ver tus recibos.
Se los di. Los vio, los analizó.
–¿Trajiste las cinco copias fotostáticas?
Ah, no, qué bueno que me avisaron que había que llevar cinco copias fotostáticas. Las fui a sacar. Regresé con ellas. Se las di a la mujer. Volvió a analizar los recibos. Sin mirarme, me los extendió:
–Están mal.
Y yo: ¿cómo que están mal? Los llené con los datos que TÚ me mandaste por mail, pedazo de mierda burócrata malcogida, ¡¿qué pedo?!
–Está mal. Repítelos.
Regresión a 3ero de primaria, con la analfatísima Maestra Malcogida que aparece en este post.
Como pude, averigüé-deduje cómo llenarlos (como en la primaria, que la puta maestra no te decía cómo hacer las cosas, y tenías que recurrir a alguien más aplicado que se apiadara de ti). Volví a escribir toooodo el choro, SA de CV, Avenida La Verga de Ocho Patas Código Postal Mil Ochomil, etcétera. Fui a la fotocopiadora, chucu chucu, agarré las hojas calientitas, regresé corriendo con Miss Gata, le extendí mis recibos y las copias.
–Ya no te los puedo recibir. Ya son las 5:01. Ven dentro de una semana. –Pero el mail decía que el trámite caducaba después de un día hábil. –...
Etcétera.
***
Ayer fui a dejar un recibo a otra empresa-donde-colaboro, toda ciscada, armada con dientes y dignidad y unos calmantes, pues la-de-los-recibos era nueva. Esperaba encontrar a una mujercita más amarga que el café soluble a cucharadas, zapatos de plastipiel –blancos– demasiado apretados, cacariza por dentro y por fuera.
–Hola. Vengo a dejar un recibo.
Y zaz y recontra zaz. En cámara lenta volteó hacia mí una chavita con lindo corte de pelo, maquillaje moderado pero con onda, ropa de algodón, zapatos frescos y bien ventilados, ojos brillantes, hermoso rostro y... ¡una sonrisa! ¡Sí! Una legítima y enorme sonrisa.
Fue amable, paciente con mi ignorancia ante los numeritos de Hacienda, simpática, bromista, platicadora, adorable.
Yo no lo podía creer. ¿O sea que sí hay vida inteligente en el departamento de "recibimos los recibos de honorarios"? ¡Sí que la hay! Y yo con mi horrible prejuicio culpa de aquella mula seca.
Comprendí que todo es culpa de los criterios de Recursos Humanos. En el ejemplo 1, los reclutadores seguramente venían de haber trabajado en una empresa de seguridad, y usaban métodos similares a los sugeridos por Volován para contratar a su personal. En el ejemplo 2, en cambio, los de RH seguramente sabían del riesgo que significaba contratar animales de carga con vocación de maestras de primaria cruzadas con cadenero de antro para un área de constante trato con la gente.
Ash.
Y aquí corto el post porque ahora quiero hacer uno interactivo. Ahora regreso.
En cuarto semestre de la carrera llevamos una materia llamada "Teoría de la Imagen". Uno de los trabajos consistía en hacer un cartel. En ese entonces ni mis compañeritos ni yo teníamos la más mínima idea de cómo usar el fotochó ni el córel ni el ilustreitor ni nada. Yo hacía mis dibujitos en péin y párale de contar. Por eso, las entregas se dividieron en tres grandes categorías:
- Los que realizaron su trabajo con medios sumamente rústicos, como unos que dibujaron A MANO un feto y lo rellenaron con recortes de revista pegados con resis (el texto decía "LA GUERRA SE ESTÁ GESTANDO"); otro que lo hizo en péin (también era algo antibélico, Irak estaba de moda); y unos que, fuera de broma, se echaron un cartel en contra de la televisión (¡ay mis viiiidos!) en nada más y nada menos que págüerpoin.
- Los que, muy moderrrrrrnos, desarrollamos la idea y un esquema y blah, y luego buscamos autsórrrsin. Así le dimos a Mario su primer freelance, quien por 300 pesos nos hizo un cartel con tipografía mal acomodada y que no se distinguía (yaaaa sé que es deporte balconearte, pero bueno, ¡nosotras ni Photoshop sabíamos usar!).
- Los que tenían un hermano o primo o novio diseñador, y que les hizo el cartel. El profe como era bien barco ni los regañó ni nada, les puso su 10 y ya (como a todos los demás). Pero yo nunca olvidaré el más despreciable de todos, entregado por un equipo de cucas (así le decíamos a las mujercitas feas y tontas que nomás iban a buscar marido pero que se hacían las feministas de tres varos), una obra de arte con mucho "mensaje social". Jojojo, nomás de acordarme me da el jojojojo, y al hacer la siguiente dramatización del diseño también me la pasé risa y risa y jojo juju jaja:
¡No mamarssss! A ver, era un trabajo LIBRE, ¿por qué tuvieron que hacerlo todo tan EN SERIOOOO? Jujujaja. Además lo presentaron casi casi con lágrimas en los ojos.
(Sus lágrimas en los ojos NO SON GRACIOSAS.)
***
Lo que sí me pareció gracioso fue esta víbora rayoneada afuera del Zoológico de Chapultepec:
Ya ven que en las escuelas manejan eso de "vámonos de excursión", ¿no? En mi primaria-chocita-de-tabicón peludo, hasta eso, nos sacaban a orear dos tres seguido, hasta al Nevado de Toluca nos llevaron, con sus lagunas esas chingonas. Bien bonito. Pobres pero paseados.
Pero entonces entré a la Anexa, ese despreciable recinto educativo al que le debo muchas historias y posts. Ahí las excursiones eran un "premio" (como las croquetas rellenas para los gatitos –ay los gatiiiiiitos–), y nos teníamos que "portar bien" para que nos sacaran a pasear.
En primer año nos portamos bien, ¡bien bien bien! Le dijimos a Condorito, nuestro profe:
Niños: ¿A dónde nos va a llevar maestro? Condorito: A la Alameda Oriente y al zoológico de Aragón. Es que vivo por ahí.
¡Gracias Condorito!
En la Alameda Oriente no crecía ni brizna de hierba. En el zoológico de Aragón los animales nadaban en caca, tenían sarna, estaban pachiches como duraznos apachurrados de la Bodega Aurrerá, habían perdido la voluntad de vivir. Se me trepó el chairo. Me insolé y se me despellejó la nariz.
En segundo año no nos portamos bien, y un día llevaron a Tania Libertad a la Anexa y no nos dejaron bajar al concierto y mejor nos dejaron encerrados viendo fijamente el pizarrón (un aplauso para los métodos educativos experimentales de la Normal Superior). También nos dijeron que parecíamos punks por usar pulseritas chairas. Ay, los maestros, tan nacos.
En tercer año no nos portamos bien, pero le insistimos tanto a nuestra maestra (a la que llamábamos CALAMBRES, jojo) que al fin accedió.
Niños: ¡Queremos ir a El Rollo porque sale en la tele! Calambres: No porque está muy lejos. Si quieren los llevo a Ixtapan de la Sal, sirve que yo me sumerjo en las aguas terapéuticas y se me alivianan los calambres. Niños: ¡Pero el agua está amarilla y huele a popó! Calambres: Pues a ningún lado y nos quedamos a repasar la historia oficial del libro de editorial "El Galeón".
Entonces un monito al que le decíamos Vegueta levantó la mano y empezó a hablar, muy elocuente él: Vegueta: Hay un balneario padrísimo, por El Rollo pero mucho más cerca, está increíble, se llama Aquasplash, ¡vamos!
Como entonces no había Google para corroborar la información, todos nos la creímos, hasta Calambres. Hoy podríamos entrar al sitio, ver el intro de la animación de la gotita que se avienta al agua, y decir: no mamarsss.
Pero no, así que fuimos a Aquasplash.
Una niña se metió a la alberca y se le salieron los rellenos de papel Regio que se había metido en el traje de baño por motivos estéticos. A otra se la sabrosearon unos galanes de balneario. A alguien se le cayó un sandwich al agua (ya no supe si se lo comió). Un compañerito tomó video de todas las chichis y nalgas de las del salón (Mario y yo aún conservamos el VHS).
Creímos que ya no habría más paseos escolares.
¡Pero sí! ¡Qué alegría!
Nos llevaron a...
Al Toks. A desayunar. Pusieron videos de monas en traje de baño. Las niñas estaban escandalizadas. Yo pedí bistec en salsa pasilla. Memorable.
***
Epílogo:
¿Qué pedo con los BALNEARIOS? ¿Por qué les hacía ilusión ir a remojarse en aguas puercas llenas de pipí? ¿Que no todas las niñas de secu estaban igual de acomplejadas que yo? ¿Entonces cuál era la necedad de ir a exhibir carnes al estado de Morelos?
Yo en Polanco (¿¿??), frente al reloj ese del parquecito, en el edificio de departamentos donde según me dijeron vive (o vivía) el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas (uy uy). (Agrego unos ¿¿?? extra). Había mucha gente con sus vidrios quemados (tecnología de punta), pero predominaban los lentecitos de cartón cortesía de Bancomer (cuando era amarillo y verde, muy brasileños ellos).
Los pajaritos se durmieron (ay los pajariiiiiitos). Cuando el sol se puso negro, se oyó el grito al unísono de toda la delegación Miguel Hidalgo (ay los veciiiiinos).
Hubo una señora que se quedó ciega, pero no por desobedecer las instrucciones de los comerciales (haga lo que haga NO VAYA A VER AL SOL porque diosito le va a QUEMAR LOS OJOS) sino por shock nervioso. Un señor se murió. Eso dijeron en las noticias.
Yo no me morí ni me quedé ciega porque los adultos malos a mi alrededor se habían creído todo eso de la ceguera INMINENTE y me consideraban muy estúpida como para cubrir mis ojos apropiadamente con los celofanes de Bancomer, o sea que con trabajos me dejaron levantar la cabezota para medio ver el solecito ennegrecido con rayitos alrededor. Y mi santa madre andaba muy en la luna (¿en el sol?) para evitarlo.
–Mira qué bonito el eclipse. ¡YA NO VEAS! ¡TE VAS A QUEDAR CIEGA! –dijeron los adultos malos–. Vámonos ya a comer sopa de pasta porque es muy nutritiva.
Pffff. Total, a mí los espectáculos naturales ni me gustan.
Post desde un karaoke que acabo de descubrir donde manejan todo el mérol del mundo
Es de cuartito privado y tienen de Dream Theater, Iron Maiden, Avantasia, Helloween, Angra, Gamma Ray, Hammerfall, Stratovarius y hasta In Flames y Kamelot y Rhapsody y... Además hay Nirvana y Bon Jovi y Los Bírols y así.
Metaleros de mi generación y aledañas ¿quién se apunta?
Una de las pocas telenovelas que vi completitas, desde el primer capítulo hasta el final, fue la gloriosa MARÍA MERCEDES. Mis compañeritos de la primaria andaban orgullosísimos porque la fachada de la vecindad donde supuestamente vivía Thalía estaba en nuestra colonia.
¿Se acuerdan de su enormísima peluca? Era fantástica.
Pero lo mejor de lo mejor de lo mejor, lo verdaderamente inolvidable, era la villana: MÍSTICA. Para los que no tuvieron el placer: era una pelirroja que SIEMPRE andaba con un vestido de lentejuelas negro y guantes rosas. En una escena (que no encontré en YouTube, sniff), María Mercedes le dice: "eres una apestosa, siempre traes el mismo vestido", y entonces Mística le contesta "claro que no, tengo muchos iguales" y le muestra que, en efecto, tiene el clóset lleno de prendas idénticas.
Y no sólo eso. Cuando andaba en moto o montaba a caballo, Mística se ponía un conjunto de piel rosa, que mágicamente cambiaba al momento en que se apeaba (¿no odian ese verbo?) de su vehículo. Aquí una pequeña muestra:
¡Uórales!
"Y ya para terminar", confieso que siempre he confundido a Arturo Peniche con Alfredo Adame:
No, no, ahora sí "ya para terminar", les dejo este cacho del primer episodio. Qué buena estaba la rola, miurrrrrge conseguirla para mi playlist vacilador de las fiestas.
***
¡Paren los motores! La telenovela está en DVD. Este fin de semana me la compro pirata.Propongo sesión pachecona para verla.
No sé exactamente cómo ni por qué, pero mañana estaré en una mesa cuadrada-redondeada en un festival de Ecatepec, hablando de... no sé exactamente de qué, de identidad (juatever it mins) y cosas así, creo. Acompañaré a Inti Muñoz y Arturo Saucedo, que son choreros profesionales. Yo en cambio, cuando hablo en público, me siento como un gato remojado a la fuerza (¡ay los gatiiiiiitos!). Para colmo, mi "resumen curricular" lo pusieron fatal, así con todas las cosas de mi pasado en el presente y mal redactado y ni siquiera mencionan mi blog y seguramente todos creerán que soy una babosilla que invitaron para rellenar espacio y y y.
Fffff fffff fffff, mamá, no quiero hablar en público, ya ven lo que luego pasa. ¿Y si me limito a sonreír y poner cara de impedida mental como Señorita México?
Si quieren ir a darme apoyo moral o arrojarme tomates, estaré en algún auditorio del Palacio Municipal de Ecatepec, a las 5. No puedo dar más indicaciones, no tengo ni la menor idea de dónde está. Lo confieso: nunca he estado en Ecatepec. Soy una fresa que nunca ha ido más allá de Aragón y Neza (fresa rima con Neza). "Si andan por ahí", ps cáiganle.
¿Creyeron que el Santo Niño de Atocha era una estrellita infantil creada por meros intereses mercantiles, como Jordi ("Qué duro es ser bebé"), Ivonne Avilez ("Piquito de Pollo") o Imanol ("Como canica")?
¡Pues no!
El Santo Niño de Atocha se ha ganado a pulso su fama haciendo muchos milagros.
A veces su manager lo saca a pasear. Miren su cara de mafioso y malvado:
¡No sea mañoso, no le meta la mano al Santo Niño que le va a quitar lo santo!
Bueno, ya, ya, los milagros:
1. Santo Niño por favor empequeñécenos estas sendas manotas porque no podemos guisar bien.
2. Gracias Santo Niño por concederme este viaje a los Alpes Suizos.
3. Un aplauso al Santo Niño porque me curó el dolor en la cara (de ser tan guapo).
4. Gracias Santo Niño porque aprendí a usar las plantillas predeterminadas del Microsoft Office para hacerte este exvoto.
5. Tras un sueño intranquilo amanecí convertida en un dibujo malhecho, por favor cúrame.
6. ¡Exvoto chairo gooooooei!
7. Te ofrezco este exvoto por curarme de esa extraña enfermedad en la que me salía diamantina blanca por las orejas.
8. Santo Niño no dejes que estos ninjas me conviertan en sushi.
9. Gracias por el 10 en mi clase de dibujo, te dedico este exvoto Santo Niño.
10. ¡Exvoto gore!
11. Exvoto bonito del mismo pintor de este otro. Ay las cabriiiiiiiitas.
12. Santo Niño, gracias por haber sacado a esos metiches llenos de bacterias de la sala de operación.