Plaqueta y ya

Antes "Verde Plaqueta" (aunque todavía es verde); antes antes "Documentando mi pasado, pa' que haya constancia" (aunque todavía lo documento, y todavía es pa' que conste).

miércoles, febrero 24, 2010

Misterio en la oficina

Este número de Gatopardo ha estado maldiiiiitoooooo. Se han caído como mil millones de textos, ha habido "bien poquito internet", la luz se ha ido a cada rato, etcétera.

Hoy estábamos ái nomás cuando se fue la luz, así, completamente. En lo que esperábamos a que regresara nos sentamos en el lobby a platicar sobre diversos temas que interesan a la juventud de hoy, tales como: la dieta de los tópers, Twitter, antros gay.

Cuando al fin hubo energía de nuevo, ocurrió un misterio digno de Scooby Doo: un cacho del piso HABÍA DESAPARECIDO. Así, de la nada. Tablones de "piso laminado" habían sido arrancados de su lugar. Paredero: desconocido. ¿Qué pasó?

Creemos que @guatopardo tuvo algo que ver.

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miércoles, febrero 10, 2010

Otro minipost de la misma línea, con obviedades y que no dice nada que no se sepa, pero que quiero escribir mientras tengo el nivel de chairismo alto

Crecí con una mamá que cada día era (y cada día es) más izquierdosa, sin caer en monstruosidades senderodelpejistas, porque es crítica y todo eso. Pero desde que presencié su indignación en 1988 yo supe quiénes eran "los malos" y quiénes "los no tan malos".

Luego estudié en la UNAM, donde los izquierchairos son la clase dominante, y aunque nunca encajé, estuve siempre de su lado, aunque me pintara el pelo y prefiriera Nation of Rebels sobre Das Kapital y a Huxley sobre Castaneda y a Auster (sí y qué) sobre, no sé, Benedetti y esos güeyes. A pesar de "no ser como ellos", sí era bien fundamentalista, y le gruñía a los que compraban el Reforma y se asumían de derecha.

Me acuerdo que pensaba: JAMÁS haría amistad con alguien de derecha. Ps sí. Le dejé de hablar a Edemege por años, sólo porque era de derecha. Días antes de las elecciones de 2006 casi me enredo en una pelea de cantina con una viejas como de Quiero ir al antro que dijeron al micrófono "viva Calderón". "Qué oso we". Era BIEN prejuiciosa y despreciaba cualquier cosa que fueran zapatos-gel-empresas-marcas-dinero.

Eso fue hace tres años y medio, y ahora soy otra. Sigo del mismo lado, pero ya no odio a nadie nomás por su postura política. He TENIDO ONDAS con güeyes que votaron por Calderón (¡hola!). Descubrí a un papá gringo republicano y me llevo MARAVILLOSAMENTE bien, lo adoro. He agarrado borracheras con gente que detesta todo lo que huela a izquierda. Recuperé mi amistad con Edemege y eso me hace muy feliz.

Pero no se trata nomás de la "tolerancia" ante lo que piense el otro. Ya tampoco desprecio todas las ideas de derecha. Aunque mi mamá me regañe, sí estoy de acuerdo con algunas (poquitas) cosas que Edemege dice sobre cómo debe ser la economía de un país. Porque no todo lo que sea izquierda es válido ni bueno nomás porque está de ese lado, ni al revés con la derecha.

Y no me toca a mí armar propuestas ni nada porque soy ciudadana de a pie y me dedico a escribir de taquerías y "celebridades", tampoco sé mucho de política ni de economía ni me pondría a los putazos con nadie a hablar detalladamente de eso, PERO estaría bueno que alguien tuviera un plan mixto, izquierdichido, que incorporara las cosas buenas de aquel lado y se deshiciera de los vicios sesenteros que ya no vienen al caso en pleno 2010. Y lo más difícil: que lo aceptáramos.

Pero podemos empezar por no insultarnos, primero entre los de la misma postura, luego en los de una postura y otra, luego todos juntos como hermanos etcétera. "Tssss buena vibra gooooooooei".

Ya me voy a dormir, mañana reviso el texto, si hay erratas "ustedes disculparán".

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Post chairo que no pretende inventar el hilo negro

Hace 10 años me tocó la huelga de la UNAM. Yo estaba en la prepa y, como ya he confesado, temas como Metallica o mi novio Dagoberto me importaban más que las cuotas. PERO sí me importaban y yo apoyaba el movimiento e iba a las asambleas y marchas y así y veía el 40 y me emocionaba mucho cuando al Mosh hacía mierda a los de derechadederecho.

Pero había un problema. Yo no pertenecía al movimiento. ¿Por qué? No era lo suficientemente bonita, segura, hippie y de abolengo izquierdoexquisito. Vamos, ni siquiera vivía al sur de la ciudad goooooei. Los chairos del CGH de Prepa 6 nunca me hicieron el feo explícitamente... pero ps tampoco me veían con buenos ojos. Una metalerita como yo jamás sería parte de su élite de chairas hijas-de-refugiados-chilenos que corrían semidesnudas --sin celulitis-- por el patio. Para ahorrarme desprecios empecé a apoyarlos desde lejos y nomás iba a las marchas a fundirme entre un montóndegente.

Al final toda la cosa cegehachera terminó hecha pedazos, los forevers ultras partiéndole la madre a los moderados y los moderados enfurruñados y la intransigencia generalizada y la gente que se fue a escuelas patito y bolas periquín: la PFP. Y claro, ese 6 de febrero todos chilli chilli, ¿no? Ya pa qué.

Ahora los que vivimos la huelga tenemos entre mi edad y... ¿36? Más o menos. ¿Y aprendimos algo? Pos no. La izquierda está dividida, huy, qué novedad. Básicamente porque el perredé la ha cagado horrible, todos han metido las patas. Pero, ¿y nosotros? Chale. Hay TANTO odio. TANTO.

Hoy todo pasó en Twitter. Un güei del Sendero del Peje se puso a insultarme, a decirme frívola y gorda (¡chocolate por la noticia!). Así, a lo pendejo. Y, bueno, absolutamente todos los días hay gente que me dice frívola y pendeja y gorda y cosas peores, así que eso me vale madres, pero me preocupó que viniera de un güei que da la cara por un movimiento pejista, y que insulta a todos con la misma pinche mala leche. Especialmente a los que están...de su lado.

Leyendo más timelines me topé con sombrerazos entre izquierdosos de distinto grado de rojismo (y no todos de SDP). Inteligentes unos, chingones; lamentables otros, así, de tristeza. Pero sombrerazos y encono y, chale, verdadero odio entre ellos. Así, todo visceral y triposo.

¿Así vamos a seguir para 2012? ¿Con una clase media que vote por la derecha (¡otra vez!) por el miedo de que unos porros como los del Twitter tengan aunque sea un meñique metido en el poder? ¿Con unos porros extremos que prefieran que gane la derecha con tal de que no haya güeyes moderados en los partidos? ¿Con una izquierda fundamentalista como de profe maloso de la UNAM que descarte tajantemente cualquier forma creativa/diferente/divertida de hacer política, y grupos creativosdiferentesdivertidos que manden a la verga la política porque no están dispuestos a fumarse el odio injustificados de una pandilla instalada en otro siglo? ¿Con madrizas en el Covadonga y los karaokes? ¡No mamar!

Oquei, oquei, estoy "diciendo de cosas" del profe malo de la UNAM y así, pero yo no lo insulto ni se la hago de pedo. ¿Él me la hará de pedo? Pueque. He ahí el problema.

Todo es tan simple: ¿De qué lado estás? ¿Del mío? Chido: manifiéstate como se te dé la gana, yo te respeto, respétame, y si es posible unamos fuerzas. Convenzamos de a poquito a la gente en forma pacífica. No insultos: argumentos. Izquierda amigable. ¡Por favor!

Y ya me voy a dormir. Debí hacerlo hace horas, pero como que tenía que escribir de todo esto.


Amigos de derecha: Ya saben cómo soy, vayamos por unas chelas a hablar de otras cosas.

Lectores de izquierda: Adelante, insúltenme. O no.

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