sábado, julio 31, 2004
Sueño apocalíptico
Sabiendo tal cosa, primero que nada, decidía estrenar mi vestido de bolitas antes de que fuera demasiado tarde (aunque estaba nublado y la prenda resultaba demasiado primaveral). Después, le hablaba por teléfono a JC: qué transa, ps vamos a vernos, ¿no? Antes de que esto valga madres. Y me decía algo así como pensé que ya había quedado claro que no era imperioso que nos estuviéramos viendo todo el tiempo, y menos los domingos familiares. Sí, sí es cierto, tienes razón, bueno, pásala chido, bai.
Alguien que tenga el libro de los sueños que lo interprete, a ver si tan salsa.
viernes, julio 30, 2004
Problemas con la forma de beber
Disfruto del amor y del desamor y de todo el show. En serio. Pst. (borrashaaah)
Fsssh, ¡FSSSHH! (onomatopeyas de la borrachera)
(hip)
(¡HIP!)
martes, julio 27, 2004
La torta feliz
Esta foto fue tomada hace casi cinco años. Y apenas la semana pasada me compré, por primera vez, una torta en ese puesto. "La torta feliz" ofrece sus productos bien servidos, aunque el señor que atiende por las tardes es medio güey y tiene deficiente memoria a corto plazo (le cuesta no ponerle mayonesa a las cosas). El chavo que las vende por las noches, en cambio, tiene mucho sentido del humor, y aunque dejó caer accidentalmente una bolsa de panes sobre mi cabeza, cumplió con todas las especificaciones de mi torta. Y no obstante el queso no es el mejor, repetiría la experiencia.
lunes, julio 26, 2004
Sabia canalización de la ardidez
Bueno, quizá lo del chochero como la versión pobretona de Pai Mei era chistoso. Pero nada más.
Éxito y fracaso en una sola cita
Ps nosotros nos entendemos. O eso creo. Hablamos del asunto: a ver, a ver, qué pedo, ¿y si nos confundimos? ¿y si te confundes y me confunde y hay confusión? Ash, pues no sé él, pero esta semana ya empecé mi proceso de "no, pérate, hay que desenamorarse", y sorpresivamente no se llevó mal con el besuqueo y las caricias de hoy. Van a decir: nada qué, pinches viejas, siempre terminan lloriqueando. ¿Pero saben qué? Ya veremos, y yo creo que no. Sí me creo capaz de llevar una cosa así de "amigos con derechos" (ugh, qué fea suena la expresión, muy coapa), especialmente por el hecho de saber que, en cualquier momento en que crea que ya no voy a poder, tendré la libertad de decirlo. Saber que nadie me está utilizando ni que estoy utilizando a nadie, y que no hay mamadas de "jugar con los sentimientos". Todo claro, chingá: nada de cosas de viejas (a las que JC es más propenso, han de saber, aunque ya le he hecho ver lo inconvenientes que resultan). Ninguna escenita de ¿qué tienes, mi amor?, pregunta sin más respuesta que un "¡nada!" dicho entre dientes, con la boca torcida y la mirada trabada hacia arriba.
Seguiré con el experimento de este tipo de soltería. Bajo mi propia responsabilidad, pa' que luego no digan "te lo dije", ¿eh?
domingo, julio 25, 2004
A una semana de la tragedia
Estoy, bah, bien pinche triste. Lo extraño, pero no sólo la consoladora idea, ahora forzosamente extinta, de que "tengo a alguien que me quiere y que potencialmente me va a dar cariñitos, aunque esté a hora y media de camino, dos cuando hay tráfico". También la parte "no romántica", la charla y la simple presencia: eso a lo que supuestamente intentaríamos tener acceso mutuo, con el mayor desenfado posible. Ash, pero es que me siento como cuando lo pretendía, con las inseguridades típicas del cortejo juvenil por parte de una muchachita de seguridad gelatinosa: no sé si llamarlo, no se vaya a sentir acosado... pero si debería ser la cosa más natural del mundo y... ¡arghe!
Lo bueno es que todo esto se lo puedo decir explícitamente, de otro modo no la armaría. Además fue el acuerdo.
¿Y tú qué opinas, JC, si es que por alguna casualidad has decidido conectarte al tan odiado por ti interné?
Finanzas del alcohol
5 sobrecitos de clight, de sabores tropicales: 3 pesos cada uno.
5 botellas de agua de a litro, pa' vertir en ellas el polvito de sabor y el alcohol: 6 pesos cada una.
Total: 98 pesos.
Y además, los 35 pesos de admisión al Galaxie, donde ya no hubo necesidad de adquirir bebidas a precio de lugar-establecido, porque ya estábamos en un excelente punto de la peda. Cuatro éramos, y nos sobró casi media botella, para repetir la experiencia de briaguez y diversión nocturna a bajo costo.
Somos bien guarros, ps qué.
sábado, julio 24, 2004
Huelo a cigarro
Ah, no es cierto. Cuando nos encargaron al vocalista de Hammerfall para que lo entretuviéramos, lo llevamos al "Bar Milán". El sueco -con el que yo al final de la velada terminaría someramente besuqueándome, mi único intercambio de babas internacional- se la pasó mascando tabaco toda la noche, cantando imitativamente canciones como "Puto", y en algún momento Mario se quedó con su cambio -de un billete de a 200: ese Mario es un pillo.
Y párale de contar. Eso de ir a desembolsar grandes cantidades de dinero pa' bailar en un sitio donde es imposible platicar, y del que pa' colmo saldré con los oídos zumbantes y, sí, oliendo a tabaco, no me parecía muy buena idea. Pero ayer me la pasé tan bien que, he de declarar, repetiría la experiencia hoy en la noche. Gulp, ¿qué sigue? ¿me convertiré en una fresa del mal?
Noh, tengo miedo. Además he descubierto que el ron es una gran opción de bebida alcohólica. Se lleva maravillosamente con todos los sabores tropicales de Clight. Imaginen la escena: yo comprando una botella de Bacardí Blanco. ¿Acaso me estoy conviertiendo en una estudiante de la Facultad de Derecho, o una habitante de Coapa?
miércoles, julio 21, 2004
En el cine y en la calle
Y sé que se morían por saberlo: estoy a punto de meterme a bañar después de 4 días de no hacerlo. La última vez que lo hice fue con mi ahora-ex-novio, pero mi condición de empanadita-de-mugre-e-inmundicia evidencia que no es buena idea dejarla como "mi última ducha del año", a manera de embalsamado recuerdo. Además 'orita voy a ir a una velada cinematográfica en casa de Pisanty, con Mario, Diego y Greñas incluidos, y nadie quiere importunarlos con el mal olor.
martes, julio 20, 2004
El difícil regreso a la soltería: día 2
A lo mejor hoy me chuto un paso importante de la terapia-de-choque y me aviento a "guardar las fotos y recuerditos en una cajita" (me acuerdo que era el tipo de cosas que la revista Tú recomendaba para eso de los rompimientos. En esos tiempos yo moría por tener un novio que luego me cortara, para así poder seguir todas esas interesantes instrucciones giradas por la extraordinariamente-colorida revista a sus lectorcitas púberes y tontuelas -como yo bien me asumía.) Como si una buena memoria visual no fuera suficiente, ¿que a poco a los tres días ya se te olvidó de qué color tenía las barbas tu novio, "lo bien que lucían juntos", o la cursi-cartita-de-amor que te dio y que te aprendiste a fuerza de leerla cuatro millones de veces? Pero lo mismo ahí voy.
lunes, julio 19, 2004
El difícil regreso a la soltería: día 1
Le conté, vía msn, mi pena a Daniel y Ricardo. Terapéutico repasar los hechos. Ciertos recuerdos me arrancaban lágrimas, recientes y de antaño. Y cuando estaba pensando en recabar música que me alegrara, pensé en The Darkness (el neo-glam-azucaradísimo tiende a ser una inyección de buen humor), pero coño: todititito el disco me recuerda a JC (ps sí, él me lo pasó). Y nomás de tararear en mi cabeza las rolas me puse pachiche.
En la noche, Mario regresó de Valle de Bravo (qué ocurrencias irse de paseo a otro estado de la República justo cuando la amiga está en circunstancias). Nos fuimos a dar la vuelta y a hablar de la vida y de las cosas, le conté con tantita lágrima y luego vino la filosofía y el buen humor.
Me dijo: cuando estás con el corazón roto, ¿no tiendes a sentirte cósmica? Ah, chingá, pensé yo: no sabía a qué se refería. Un rato más tarde, cuando habíamos decidido pasar la noche viendo películas y hojeando revistas y cosas en su casa, se me subió el cósmico, y me sentí bien, esa sensación de que la configuración de todo, incluyendo la ruptura cardíaca y las cosas bien-horribles, ps... ps está bien chingona y nunca es para tan mal. Bah, difícil de explicar. Pero segurito lo han experimentado. Es una sensación balsámica, como que una reacción alérgica al ateísmo y a la evasión de mayor pensamiento mágico que la ocasional compra de un billete de lotería cuando me pica la mano (generalmente por alergia, literalmente alergia) o la preferencia de la caja de cereal que "trae premio" sobre la que no tiene promoción alguna.
Y hoy, durante trámites matutinos en el seguro, sentí ocasionales punzadas de dolor, pero en general estoy fresca y muy lejana de la piltrafa suicida en la que alguna vez pensé me convertiría cuando JC me dijera que siempre no. Al menos por el momento. Seguiré informando.
La materia indeseable
domingo, julio 18, 2004
El mío es un corazón roto, no mamadas
Estuvimos juntos durante la tragedia. La prolongamos hasta hoy en la mañana. Alternamos episodios de llanto con otros de risa histérica, recuerdos con planes. Porque no sé JC, pero yo, sin él, no salgo de esta. También para evitar que comience algún periodo de ardidez o incomodidad, esas cosas que siempre pasan después de una ruptura, en los que todo mundo sufre más, y que luego son bien difíciles de superar. Voy a tener que estar haciéndole reportes de mi estado y evolución clínica: "hoy no te extrañé tanto", "hoy vi libidinosamente a unos güeyes", "hoy casi vomito cosa verde de la nostalgia", "hoy recordé cuando me regalaste tus canicas y...
(paréntesis: me ha agarrado un ataque de llanto)
(qué feo se siente. Se siente horrible. Nunca me habían realmente roto el corazón. Sólo decepciones amorosas menores, expectativas incumplidas, planes fallidos, orgullos pisoteados. Pero nunca este vacío del que las canciones hablan.)
Bueno, bueno. Sabía que un día iba a pasar, ¿no? Me subí al barco, y siempre supe que algún final fatídico tendría. Nomás que sí, me había imaginado el dolor, pero estarlo sintiendo así, heavymetalwarriors, es otra historia. Y es tan nuevo para mí que me encuentro muy interesada cada vez que me punza. Todas las canciones, las metáforas baratas, las cosas darquetas, ahora tienen sentido. Es bien curioso, de verdad sientes que algo en el pecho se te hace puré.
Mi primer amor, mi primer amante, mi primera ruptura de corazón deadeveritas. Ay, pinche JC, quién me manda a enamorarme ciegamente dé'l. Pero bah, no me arrepiento, ni tantitito.
viernes, julio 16, 2004
"Mi foto de 2do de secundaria"
Mire usted esta foto de grupo de secundaria. Después, responda las siguientes preguntas:
¿Quiénes tuvieron hijos antes de tiempo y condenaron sus vidas a una prematura vida matrimonial?
¿Quiénes se quedaron estudiando toda su vida en el UNITEC (calidad educativa para el mañana, ejem)?
¿Cuál de las tres maestras era la PIORRR?
¿Quiénes se hicieron darquetos? (Bueno, bueno, sí, yo, ejem, ¡pero ya salí de eso!) ¿Pero a quiénes no se les ha quitado todavía?
¿Cuál era la más fea? (la apodaban Chewbacca)
¿Por qué demonios tomaron la foto a la hora que nos daba el sol de frente, de modo que no pudiéramos tener una cara normal?
¿De dónde viene el horrososo formato de "foto de grupo", con los güeyes haciendo cara de que se la pasan bien, y las chicas cruzando la pierna todas pa'l mismo lado?
¿A qué deporte corresponden las confusas líneas de colores pintadas sobre el cemento?
¿Metería usted a sus hijos a esa secundaria? ¿Verdad que no? ¿VERDAD QUE NO?
Tras exhaustiva limpieza.
Bolsas de basura. No es buena idea dejarlas en la calle en espera de que el camión llegue (aunque literalmente ya no quepan en tu casa). Alguien podría llegar a sorrajarlas y dejar su contenido regado por la acera, ante la mirada crítica de vecinos y patrullas. Por supuesto, hubiera sido bueno fotografiar el desastroso resultado, pero estaba muy ocupado remediándolo (tuve que volver a meter esa basura en nuevas bolsas) como pa' andar capturando el momento-kodak.
Más puestos de tortas (interesantísimo reporte)
Ayer probé con uno que está en Flores Magón y Pino. Lo atiende una señora bonachona de delantal, que se refirió al chipotle como "chipotlito" (hay palabras que no deberían ponerse nunca en diminutivo). Fue una torta muy olvidable, aunque pude llegar a mi casa a tostarla y ponerle pimienta, pa' que mejorara.
Hasta el momento, los puestos cercanos a mi casa han resultado decepcionantes. Falta probar el de Flores Magón y Mariano Azuela.
Más tarde, camino al Tamayo, fui con Mario y Judith a una tortería 'ái por donde el Edemege vivía. Fue una torta tonta pero con muy buena salsa.
Seguiré informando.
Estampita del fantasma del espacio
Y ps total que no me lo encontré, ni en la inauguración del Tamayo, ni en la fiesta de Kramer (las fiestas de Kramer son un éxito asegurado, es asombroso). Pero cuando alguien me dijo que había un carro con una estampita del fantasma del espacio afuera, me sobresalté: ¿cuántos coches, además del e mi amado, pueden tener una estampita de ese güey pegada en la defensa trasera? Al parecer, al menos uno.
Y cuando llegué a mi casa: pues claro, mi mamá me dijo que mi novio me había hablado por teléfono. Y yo no estuve ahí para saber con qué intención, porque andaba muy ocupada viendo alrededor a ver si no estaba por ái. Toing.
miércoles, julio 14, 2004
Todo lo que se puede hacer en un día
Me bañé y me puse guapetona (supuse que vería a mi novio en la tarde).
Fui a la clínica 27, a intentar hablar con algún doctor choncho y chorearlo para que adelantara la cita de mi tía, hecha un guiñapo (la tía, no yo). Me dijeron que sí, pero que estaba en junta, que regresara al ratito.
Fui a la clínica 2 (a dos microbuses de distancia) con la dietista, para que me diera la dieta hepatópata. Como la dietista no había llegado, fui a pedir condones gratis. Me dieron un paquetote enorme, se vieron más generosos que nunca (la ironía viene después).
Esperé a la dietista un rato más y nunca llegó. Regresé a la clínica 27 a hablar con el doctor choncho (a quien por cierto mi mamá le mentó la madre ayer). Tuve que franquear policías, secretarias y enfermeras para llegar a él. Lo hice y medio tuve éxito, aunque tengo que regresar la próxima semana a franquear las mismas barreras y a que me traten como pobre (ay dios).
Regresé a mi casa a que me hicieran una lista del súper. Salí hacia la clínica 2, y me encontré a un muchacho que me vendía café en Plaza Santa María, pero que ahora trabaja en algo del Congreso, y es Panista (escándalo). Aun así, es guapetón y simpaticón, y me dio un aventón en su moto (ámonos) (y cuánta rima). Por primera vez en mi vida me subí a una moto... quizá es la primera vez que monto un vehículo bípedo (no sé andar en bicicleta). Llegué a la clínica 2, con el médico familiar para que me diera una receta pa' las medicinas de mi tía. Esperé mi turno. En lo que lo hacía, terminé el libro que estaba leyendo (Leviatán de Paul Auster) y empecé otro (Las puertas de la percepción, de Huxley).
Llegó mi turno, y entonces: tiene que venir su tía en persona, no me importa que esté en cama y que se la hayan devuelto de urgencias con un pie roto que antes estaba completo. Fui con el jefe de departamento a quejarme, el jefe de departamento fue a regañar al doctor, y me dio mi receta. Fui a sacar una fotocopia de la hoja de diagnóstico, fui por las medicinas, pero había una que no tenían. Volví a subir con el doitor, me dijo que fuera a la clínica 27 a ver si ahí sí la tenían. Salí, y me compré un torta de queso blanco en el puesto de afuera del seguro: buen queso, buen chipotle, pero el pan malo, y un poco cara (15 pesos).
Fui a Wal Mart. Compré cosas. No había brócoli. Pero compré 3 cajas de Splenda (con 50 sobres gratis c/u, había que aprovechar). Regresé a mi casa a dejar la compra. Me tomé un café con leche.
Fui a la clínica 27. La de la farmacia me dijo que esa medicina no existía en el seguro, que tenía que ir a mi clínica familiar a hablar con el administrador pa' que me las financiara. O sea que había que regresar a la clínica 2.
Pero no pretendía hacerlo. Entonces le hablé a mi novio, que asegún iba a ver esa tarde. Le hablé, y me rompió el corazón. No me cortó, pero me dijo cosas "en serio" y "he estado pensando", y "sí te quiero pero". Me quebré. Lloré impúdicamente en la vía pública. Berreé en la parada del micro, sentada en la banqueta. Sollocé en el camión de Flores Magón. Seguí moqueando en el que va a San Cosme. Y llegué a la clínica 2.
Aún con lágrimas en los ojos, le pregunté a la polecía de la entrada por el administador. Me dijo que ya se había ido, que ahí mañana. Bueno.
Fui a buscar la medicina a la farmacia San Pablo. Arrastrando los pies, encogida, con cara de dolor. Un güey me dijo "pst, pst, güerita, ¿'tas triste? ¡yo te consuelo!". Y me hizo reír mucho. Se siente chistoso llorar y reír a la vez, ambas de corazón. Son impulsos nerviosos parecidos, se llevan bien.
Compré la medicina, regresé caminando a mi casa.
Le conté a mi mamá mi tragedia. Cargué dos televisiones pesadísimas, las moví de lugar, casi se me cae una. Todo pa' que mi tía encamada tenga con que entretenerse.
Decidí irme de oyente a una clase de inglés en mi escuela chistosa de europeos refugiados. Estuvo bien. Hasta me olvidé de mis tragedias angloparlando de los presocráticos y de las matemáticas euclidianas, temas de los que jamás creí hablar en una clase-de-inglés. Me voy a quedar ahí y botar al grupo de infrahumanos de los sábados (aunque extrañaré a Mariano, otro de mis amores platónicos de 15 años, quien por cierto es hijo de la que ahora será mi maestra, una canadiense-judía rechingona).
Fui a la farmacias similares a comprarle una medicina a mi mamá. Regrésé a mi casa.
Empaqué cajas, alcancías, y un niño dios de madera que qué complicado estuvo el desgraciado. Estuve por horas rodeada de plástico de burbujas (que ha perdido el encanto para mí, ya no me hace ilusión reventarlo) y cinta canela.
Y me metí aquí, arrastrándome de cansancio, a hacer un escueto recuento de todo lo que hice hoy.
domingo, julio 11, 2004
Neurotransmisora
viernes, julio 09, 2004
Cosas que hacer antes que sea demasiado tarde
2. Ir a En familia con Chabelo . Uno nunca sabe cuándo "Xavier López" termine de gastarse las cuerdas vocales y ya no pueda hacer la vocecita de "ámonoooooooos". Sin eso ya nadie le va a creer que es un niño, y puede que cancelen el programa (escándalo).
3. Ir a Nueva York a ver tocar a la banda de jazz en la que participa Woody Allen, nomás para decir "mira, ahí está".
4. Vestir todos los colores que no vestí (por ser metalera y vestirme... de metalero) en mi juventud, antes de ser demasiado vieja y que el terrible ojo de la sociedad diga: ay-dios-pero-qué-ridícula. Y si ya lo hacen, ps todavía tengo juventú y virtú pa' defenderme.
jueves, julio 08, 2004
Tres películas tres
(Viva la aliteración)
Y llegué a importantes conclusiones. Como que sí quiero hacer mi documental (es que vi dos documentales: uno de Nicolas Philibert que nunca supe cómo se llamaba en verdad, y XV en Zaachila). Pero heme aquí rascándome la barrigota en vez de ponerme a rastrear toda la literatura pedagógica necesaria para empezar. Bah, ni siquiera he ido a comprar el cable de mi cámara: de hecho, me gasté ese dinero en unas botas (pero qué chingonas están).
* * *
Probé un nuevo puesto de tortas. En metro Chilpanchingo. Accedieron a ponerle más jitomate, no hubo que repetirles demasiadas veces las especificaciones múltiples de mi platillo, y la salsa de chipotle sabía buena. Pero no resultó una torta novedosa: fue una torta sin sorpresas, como de cadena de comida rápida. Tres rebanadas de queso (pre-rebanado), telera con tantito ajonjolí. En conclusión, un puesto confiable pero sin atractivos extras.
En busca de la cuenta perfecta.
* * *
Bah. Ya pasó un rato de que escribí ese párrafo, y me puse a hacer otras cosas y babosear y así. Me quedo con la que ya había sacado: unidad_precaria. La saqué hace tiempo a nombre de JC: lo usé como prestanombres para ganarme unos pases para la muestra en La Jornada. Y ahora me quedaré con ella, total.
jueves, julio 01, 2004
Mi esponjita para lavar los trastes
Wednesday, June 30, 2004
Mi esponjita para lavar los trastes
En una casa donde no existen delimitaciones territoriales, y el primordial ocupante de espacio es el polvo, los únicos objetos en los que me refugio son mis platos de plástico rosas, mis cuchillos de 10 por 11 pesos, mi sartén antiadherente, y mis esponjitas para lavar trastes (con una fibra azul que sí arranca la grasa). NADIE está autorizado a usar mis utensilios de cocina.
Bien, pues ahí tienen que hoy soñé una escena terrible: me encontraba mi esponjita llena de materia repugnante y grasosa, probablemente restos de piel de pavo o huevo frito, flotando en el agua putrefacta de una olla que no había sido lavada desde la prehispania. Semejante atrocidad no podía tener otra autoría que la de mi tía, quien en esos momentos dormía. Así que, asqueada, tomaba la esponjita y la llevaba con ella: mira, mira, aquí está tu mierda. Se la enseñaba y después se la embarraba en los ojos. La dejaba ciega. Y no sentía culpa, porque eran SUS sustancias asquerosas las que habían corroído su visión. Y ya, hasta ahí mi sueño.
¿Quihubo? A que necesito mudarme a la de ya.
posted by Plaqueta @ 8:27 AM
Estampados textiles subversivos
Sin duda, el sueño fue una variación sofisticada del "irse desnudo a la escuela", sólo que quizá peor: sin ropa todos somos iguales, pero un vestido de bolitas y un sope sin rasurar, santo cielo, esas cosas no las tiene ninguna señorita de sociedad.
Etiquetas: jc, nací para perder, sueños