La primera vez que el concepto se materializó en mis tripas fue a los 12 años, cuando vi a mi mejor amiga de la secundaria besuquearse y toquetearse con el güey por-el-que-yo-me-moría (Arturok, más feo que uno de esos correosos dulces de malvavisco cubiertos de chocolate, pero chispeante y gracioso, oh, tan inteligente).
Conque estos son los celos, ¿eh? No saber para dónde mirar, ponerse de todos colores, querer disimular (sin éxito) los rabiosos deseos de agarrar a trancazos a TODOS y golpearse la cabeza contra la pared.
Esos celos son normales, son sanos.
Los que yo no entiendo son los celos de fanático. Los he sentido, ps claro, quién no. Pero son TAN ridículos. Digamos que alguien es fan, de, uhm... ¡César Costa!
Soy irresistible.Si el hipotético hincha es de aquellos que no pueden controlar su grotesca emoción, al verse rodeado de OTROS fans, no dudará en declarar ruidosamente:
-Todos esos dicen ser fans de César Costa sólo por la pose. Estoy SEGURO de que ni siquiera conocen su primer disco. Es más, lo más probable es que nada más se saben la canción que AHORITA está pegando en la radio. No como YO, que lo he seguido desde el principio, desde que nadie lo conocía, cuando nada más cantaba en bares de Ecatepunk. Yo SÍ merezco estar aquí, ellos NO, yo no sé a qué vienen, ¡ya váyanse! ¡CÉSAR ES MÍO!
¡Yo estuve ahí cuando tomó la ciudad y aterrorizó a todos con su carota proyectada en el cielo!No es algo que se limite a músicos. Pasa con pintores, escritores, corrientes aaaAAaaaAaArrrtísticas, cineastas, movimientos sSsSsociales y PpPppppPpolíticos, etcétera. U otras cosas: seguramente no faltó quien se sintió indignado porque TODOS traían pulseras Livestrong (uhy, tan bellas y humanitarias, como todo lo Nike, gusto excelso). O un corte de cabello
emo. Qué sé yo.
Este fatídico fenómeno puede llevar a afirmar verdaderas gansadas:
Ejemplo de gansada 1:
Escher es una mierda. ¿No has visto cómo cualquier pendejito de Coyoacán trae sus cuadros estampados sobre playeras?Ejemplo de gansada 2:
Amélie es una ba-su-ra de película. Jeunet se vendió, qué asco, o sea, mejor veo una de Disney.Etcétera.
Y repito, no es que yo esté exenta de semejante bobería. En estos mismos momentos lo estoy experimentando, los celos-de-fan me corroen.
Todas esas cucas NO tienen derecho, yo SÍ, ¡yo llegué primero! Pero ya no hay nada que pueda hacer, es muy tarde: las tiendas de ropa se han llenado de prendas VERDES.
Y aun así, mataría por ese sombrero.