Es lamentable la baja frecuencia de posts, lo sé. Pero es que está cabrón: me estoy mudando, con todo mi mamá y tía bulto, a una casa que está como a dos horas de la mía, y eso definitivamente
no son enchiladas.
(La primera vez que escuché la frase
no son enchiladas fue en la primaria. La maestra nos explicaba cómo descifrar el significado de refranes y dichos populares, y dijo que lo de las enchiladas era por la sencillez de su preparación. Yo me quedé muy sorprendida, pensé que había algún error, ¿quién coños podía considerar sencilla la preparación de algo que no fuera una sopa maruchan, o ya entrados en extravagancias, un sandwich -frío- de jamón?)
Bueno, pero mi mudanza. El jueves tenemos que desocupar este departamento, pero nuestra casa del cerro (literalmente el cerro) aún está en calidad Metrobús. Sospecho que pasarán cosas terribles, como que el apagador de la entrada en realidad accionará la licuadora, y que de las llaves de agua saldrá un chorro de hormigas. Temo corrientes de aire y plagas ponzoñosas. Temo, del lado izquierdo, a mis vecinos pobres, que van a tener el radio prendido todo el día. Temo, del lado derecho, a mis vecinos chairos, que van a tocar los tamborcitos sin cesar.
Pero PRÓXIMAMENTE: jaus chagüer - fiesta de inauguración. Se recibirán escobas-trapeadores-pañosmágicosatrapapolvo, objetos decorativos chistosones, libreros, UN ESCRITORIO (¡no tengo escritorio!), cuadros -no se aceptan paisajes ni olas embravecidas, o bueno, sí, pero que estén explícita y descaradamente feos-, plantas de sol y sombra, toallas en tonos cálidos, sábanas matrimoniales de animalitos o estrellitas (o cocoles o bolitas), papel tapiz de nubes, espejos, utensilios de cocina de colores, etcétera. Habrá repartición de objetos que-ya-no-sabemos-qué-hacer-con-ellos, y de ropa que ya no me queda (tanto por gorda como por flaca, o sea que hay pa' todos). Trueques tiangueros,
¡wow, como nuestros antepasados prehispánicoOooOos! ¡Sú-per-chai-roooo!Ya me voy a comprar sillones, y un taladro pa' abrir hoyos en la pared.