La verdadera delincuencia (post chairo)
-La tortura psicológica a la que te someten en Telcel, al tenerte horas esperando-en-la-línea-por-favor-no-cuelgue, para dar de baja tu línea. Ni siquiera musiquita de elevador, no: una incertidumbre silenciosa. No sabes si te van a responder o si ya te dejaron ahí nomás en el limbo telefónico por siempre jamás.
-Los de Telcel por no abrir sus "centros de atención a clientes" en domingo... excepto Mundo E, Aragón ("¿qué es Aragón? ¿un bar de la Condesa?" diría jorgepedro.blogspot.com) y Perisur.
-Todos los equipos que no son Nokia por existir y querer engañarte: sólo la tecnología finlandesa es chida. Los demás son un timo. Aléjense de ellos. (¡Jua jua! ¡Lo que van a sufrir con mi Motorola esos asaltantes!)
-Los proveedores Telcel por no tener equipos Nokia disponibles. ("Se nos terminó, señorita. Pero aquí tenemos este Ericsson que...")
(Los de Sanborns, donde terminé comprando mi Nokia nuevo, hoy se portaron bien y hasta me regalaron dos carátulas pa'l telefonito. Pero ya me han hecho TANTAS -¡grasa en mis nopalitos! ¡aderezo en mi ensalada! ¡pellejo de pollo en mi sopa!- que no me engañarán: son bien delincuentes.)
-Los del "centro de atención a clientes Telcel" por hacer esperar no diez no veinte no treinta no cuarenta no cincuenta no sesenta no setenta sino hasta OCHENTA minutos a sus clientes.
-Los de Telcel (¡otra vez!) por no tener opción de sumar el saldo del teléfono nuevo con el que ya tenía en la línea. Ahora, si quiero disponer de esos 300 pesos, tendré que estar quita-poniendo el chip.
-Los de El Péndulo, por vender el café a 20 pesos (¡con eso me compro un frasco de Nescafé! Aunque el Nescafé clásico ni es, el Diplomat es más caro, pero lo mismo.)
-La pinche gente de Perisur en domingo: por ser tanta, por tener tantos hijos, por ser tan latosa y fea y fea y tanta y.
Pinches.