Plaqueta y ya

Antes "Verde Plaqueta" (aunque todavía es verde); antes antes "Documentando mi pasado, pa' que haya constancia" (aunque todavía lo documento, y todavía es pa' que conste).

sábado, agosto 22, 2009

Un adelanto de la sexta temporada de Lost: John Locke en el Marrakech

Sin palabras. Soundtrack: imitadora de Lupita D'Alessio (¿así se
escribe?).

martes, agosto 18, 2009

Hoy termina mi desmadre inmobiliario

Hace tiempo que no vivo ahí, pero tenía subarrendado mi depa de la
Escandón, el del espejo de los daditos. Ya terminó el contrato y hoy
se quedó oficialmente desocupado. Fue un graaaan primer depa de
soltera, me la pasé muy bien, lágrimas y risas y fiestas y escenas
vaciladoras de comedia romántica.

Escribo esto desde la compañía de luz, vine a cancelar mi contrato.
Al rato voy a la inmobiliaria a entregar las llaves. Sniff.

Bueno, pero qué bonito es mi depa de ahora, y no tiene alfombra
polvosa.

viernes, agosto 14, 2009

Publiposssss

Ya subieron mi chiquirreportaje de Natalia Lafourcade al sitio de Gatopardo. Es cortito, pero me gustó y fue mi debut en la revista, entonces me da alegría y orgullo.

Clic.

Las fotos de la edición impresa son lo mejorrr, las tomaron en el depa de los de DFCasa. Vayan al Sonbornssssons aunque sea a hojearlo.

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jueves, agosto 13, 2009

Galán de supermercado

Estaba yo haciendo mis compras cuando se me acerca un papanatas con barba de tres días, saquito de pana y lentes de vidrio de ventana. Lo acompañaba una especie de fresa genérico intercambiable de playerita embarrada, que en contra de lo que pudiera pensarse, era 8374829748 veces menos desagradable que su amigo in-te-lec-tual.

El cretinazo este arranca su intento de ligue con:

¿Qué significa ese mechón rosa en tu pelo?

Me le quedé viendo. No era de guasa su pregunta. O sea. Como si hubiera ido yo con Olga-mi-cortapelo a pedirle: Oye, pues mira, quiero algo que tenga implícito mensaje como de la sabiduría antigua del Rayo Maya pero que también hable de la carga positiva que ciertos colores traen consigo según las Fores de Bach y que para los aztecas haya sido místico sin alejarse mucho de la posmodernidad, ¿como qué crees que podría ser? Y ella: Ya sé, qué tal que te decoloro el frente del lado derecho y un mechoncito de atrás del lado izquierdo y tú te lo pintas de rosa. Y yo: zas.

Uf.

Pero no se iba el papanatas. Me seguía por los pasillos soltándome sus preguntas y comentarios brillantes:

¿Cuál es tu libro favorito? A mí lo que más me apasiona en el mundo son las letras.

¿A qué periodistas famosos conoces? Yo conozco a Ciro Gómez Leyva.

¿Te gusta la poesía? Yo tuve un gran amor, una poeta argentina. Tiene un blog.

¿Eres casada? Yo no.

Si dices que no te gusta leer, ¿por qué tienes el pelo rosa? A mí me encanta leer.

¿Tienes hijos? Yo no.

¿De qué es tu pin? ¿Qué significa una calabaza? Yo sólo tengo un pin, es de Men at Work.

¿Te gusta Men at Work? No, porque tú eres de la época de los Strokes.

Etc.

¡¡¡¡¡¡¡¡!!!!!!!!

Por estarle huyendo ya no compré jabón de trastes ni kótex ni manzanas ni tofu ni brócoli ni crema humectante ni vinagre.

Su última puntada de la tarde, cuando vio que estaba yo comprando huevos Bachoco:

Él: ¿Sabes qué marca de huevos compro yo? El Calvario.
Y yo: ¿Porque no tiene hormonas y tratan mejor a las gallinas?
Y él: No, porque la vida es un calvario.

BUENO. Es que ni en Fonda Susilla salían chistes tan malos. Ni en el libro de Editorial Selector de Diego.

Amiguitos: ya saben cómo NO ligar en el supermercado.

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Violencia intrafamiliar

Mi oficina es un lugar apacible, lindo, iluminado, céntrico, templado. A veces se inunda la planta baja, pero bueno, se puede vivir con eso. Lo que sí es insoportable es EL VECINO MALVADO.

Me lo imagino gordo y con camisetita Rinbros. Todo el tiempo le está gritando cosas horribles a su esposa y a sus (creo que) tres hijos. TODO EL TIEMPO. No pasa un día sin que se escuchen sus ladridos. Los niños berrean. A la mujer nunca la hemos oído, pero sabemos que existe porque él le grita "¡¡ERESUNAPUTAOENDEJATEVOYAMADREARTUSHIJOSSONUNAMIERDAAAAA!!".

En estos momentos llora el niño más chiquito.

En mi primaria de tabicón peludo era lo más normal que a los niños los golpearan. Creo que ya he poosteado del tema. Los maltratos iban de la quemadura con tortilla caliente a la llaga de cigarro, de la nalgada aleccionadora a los golpes con cinturón y/o con cable, del pendejeo casual a la desmoralización total. No podían creer que mi mamá no me pegara y que me tratara bien y esas cosas. Y a mí me indignaba terriblemente que a los niños se les insultara y maltratara y pisoteara, y que se les menospreciara y ninguneara y escupiera. Me indignaba MUCHO. No sólo quería matar a sus papases y mamases infrahumanos, sino a las maestritas tiranas retrasadas mentales y a la televisión que nos subvaluaba y "al sistema" que nos excluía goooooeeeeei.

Y entonces juré, cuando tenía como 10 años, que cuando fuera grande iba a hacer ALGO para cambiar esa situación.

¿Y qué he hecho?

NADA. Ni siquiera denunciar las puerqueces de aquí junto.

No sé si llamar al CAVI y decirles. De todos modos sé que van a tocar la puerta y la pendeja mujer infrahumana va a abrir con el ojo morado y va a decir que ahí no pasa nada mientras las vidas de sus hijos se van a la chingada.

Grgrgrgrbrbrbr.

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miércoles, agosto 12, 2009

Hablando de gordura

El canal 11 me trae a El Cuadrilátero.

lunes, agosto 10, 2009

Ensayo sobre la gordura

No, no es cierto, no será un ensayo ni diré todo lo que tengo que decir, pues eso da para un best seller y qué tal que me lo ganan, porque ya ven cómo se venden los libros de gordos pachiches, gordos que quieren estar flacos, gordos contentos a los que les vale madres, gordos que hacen como que les vale madres pero son emo, gordos con diabetes, gordos gringos, gordos mexicanos, gordos a través del tiempo, gordos que en realidad no lo son, gordos por convicción, gordos por accidente, gordos por maldición y gordos de tutifruti.

Creo que nunca he sido gorda así gorda de "mira, Plaqueta es aquella gorda del rincón". Hace unos meses volví a mi peso máximo, que es de 10 kilos por encima de mi ideal, y ps 10 kilos bien que mal los bajas si te decides. Los baje o no, desde que tengo 9 o 10 años no ha habido UN SOLO día que no me sienta miserable por no ser flaca. Ni siquiera cuando fui anoréxica y llegué a pesar 11 o 12 kilos menos de lo que debía (era una anoréxica saludable, nunca me creció pelo y esas cosas tan pintorescas) y cupe en una talla 0. Ni siquiera cuando pesé lo que debía y la nutrióloga de Polanco me felicitó. Ni siquiera cuando me di cuenta de que el peso no lo era todo, que tenía otras cualidades y que no necesitaba estar flaca para que me fuera bien en la vida. Me miro al espejo y me siento mal, puaj.

Los hombres nos detestan. Los gays y los bugas.

Toda mi infancia un gay me vio con asco y me dijo que era una naca, que me vestía fatal, que le daba vergüenza que me vieran con él en la calle, y que estaba asquerosa y espantosa y horripilantemente gordagordagordaGORDAGORDAGORDA, y que gorda no le iba a gustar a los hombres (claro, él sabía mucho del tema). Ya lo había posteado, pero lo vuelvo a linkear: si yo hubiera hecho este comercial, sería autobiográfico.

Pero los bugas también.

En la secundaria casi no tuve novio y me molestaban por ser rellenita. Ahora veo las fotos y me pregunto dónde estaba la rellenez. Ash, bueno, pero es que era la Anexa, digo, si les sacaba de onda que fuera yo blanca y no apiñonada y que tuviera el pelo chino y no lacio y que mi voz se escuchara y no fuera bajita y discreta y calladitas-las-niñas-se-ven-más-bonitas y que mis pantorrillas fueran torneadas y no palo-de-escoba, pues cómo iban a saber distinguir entre la normalidad y la gordura, ay, tan tontos.

Luego entré a la prepa y tuve un novio que me decía "gorda" para chingarme. Me hablaba de sus ex que eran gimnastas y perfectas, de mi rival de amores, argentina y petite y metalera y flaquititita, de su ligue de Coapa de hiperbólica cintura. Yo comía Doritos sabor salsa incógnita y me sentía fatal y me daban ganas de llorar. Paralelamente, Edemege me agarraba los gorditos de la espalda y decía que no podía creer lo horribles que eran.

Para finales de mi educación media superior, un cretino con el que yo quería una vez anunció: Pues mi primer requisito para salir con una chica es que tenga TODO en su lugar. Me barrió y se fue.

Ya en la universidad, JC un día me dijo: Chubby. Y le pregunté: ¿Gordibuena? Y él: No, chubby. Al día siguiente decidí dejar de comer.

Saliendo de la universidad, mi ex novio malvado una vez escribió en su blog mensajes cifrados contra mis lonjas, pero bueno, estaba ardido, así que no cuenta.

Cuando empecé a trabajar, mi ligue editorial vomitaba sustancias verdes cuando veía a alguien con sobrepeso. Yo ya iba a la alza, y una vez dije algo así como "si subo un kilo más, me suicido". Y él dijo: Sí, DETESTO a los gordos, me hacen ENOJAR. A la semana dejó de pelarme.

Y así los demás, cosas peores, mucho peores.

Cuando mis amigos bugas tienen ondas con alguien con sobrepeso, les da una cruda moral peor que si hubieran malcopeado en la fiesta navideña de su oficina (no conozco cruda moral mayor). Cualquier chica que está "en los medios" y supera por un centímetro de anchura a Scarlett Johansson, es calificada como GORDA. No como "la rubia" ni "la gangosa" ni "la fea" ni "la de nariz finita" ni "la que es bien chistosa" ni "la que es bien pendeja" ni "la que dice el clima". Automáticamente todas sus características se anulan, y son eclipsadas por el tejido adiposo para convertirse en "LA GORDA" (yo debo ser "la gorda de la barra matutina del 11"). Y las campañas de "belleza real" nunca pasan de la talla 12, porque bueno, tampoco se trata de ser "grotescos", ¿no?

Todo esto me parece verdaderamente ridículo, pero bueno, yo no contribuyo a la causa porque me siento miserable y me pongo a dieta y pido mi pechuga asada sin grasa y sin guarnición de aguacate aunque me duela por favor. En cierto modo soy igual que los anónimos mutantes que llegan a repetir como perico "plaketa estas gorda wakala" (con mayúsculas si es posible) después de que yo dije "Estoy gorda, guácala". Y una vez más: chocolate por la noticia.

Pero dejando a los anónimos de lado, es difícil sentirse cómoda en un mundo donde hay TANTO ODIO hacia la gordura femenina. Oquei, nunca mis amigos ni mis novios me han dicho explícitamente que les doy asco, pero si ven a una chica carnísticamente equivalente a mí, se sueltan a tirar mierda sobre su sobrepeso, como si los kilos de más fueran una ofensa personal. "¿Ya viste a ESA GORDAAAA?". Y yo pienso: Chale, creo que pagaría por estar como ella. O: Chale, es como verme al espejo. O: Chale, oquei, tiene sobrepeso pero es linda. Etc. ¿Qué pedo con los bugas que parecen gays-bitches? ¿Por qué se ofenden de la gordura de las viejas? Si ustedes son unos guapos galanes que se pueden coger a todas las modelos y diosas perfectas que quieran, ¿no? ¿NO? Puaj.

Sí, sí, ya sé que también el bienestar y eso. Mi traumatólogo me tiene regañada, mi nutriólogo igual, y seguro mi ginecólogo y hasta mi dentista me dirían "ya no mamesssssss adelgaza". También sé que estar en tu peso ideal te hace sentir bien por fuera y por dentro, como dicen los comerciales del cereal y del yogurrrr y del Xenical. Ya estoy bajando de a poquito en poquito, tengo demasiado trabajo y eso no ayuda, pero ái voy. Cuando sea grande quiero ser como la Princesa Gato, guapa y saludable y feliz, sniff.

(Ahora los fundamentalistas de pensamiento lineal van a venir a regañarme, como a Lilián su anónimo perdedor que le dijo que era una INCONGRUENTE por haber dado una MORDIDA, ¡asústame panteón!)

"Mañana me pongo a dieta". Ah verdá.

(pero sí)

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sábado, agosto 08, 2009

Me quedé dormidota

Deso que te duermes con ropa "de calle" y las luces prendidas y piensas "en media hora me despierto" y nada qué. Corte a: 10:30 AM del día siguiente, las luces aún prendidas, yo con las costuras marcadas en el pellejo + almohadazo + maquillaje corrido. Y no fui a la fiesta de Güerotix ;-(

Pero eso sí, qué rico descansé, y soñé un montón. Por ejemplo: que estaba yo armando un toque en una banquita de Reforma, así toda descarada, como a la 1 de la tarde de un día cualquiera. Mario me acompañaba pero él sólo observaba la operación, porque al parecer en el sueño era yo muy buena armando toques (en la vida real nunca ha sido cierto). La mota era parcialmente blanca, como si le hubieran salido hongos, y nosotros nos preocupábamos un poquito por nuestra salud. Era un toquesote, XXXL, en una sábana que parecía de papel couché. Ya que iba a empezar a enrollar, notábamos que un policía nos veía, así que intentábamos hacernos los disimulados (ajá), y nos subíamos a su coche, que era su antiguo tsurito ochentero dorado, y zúmbale "a la fuga". En eso recordaba que algún pacheco profesional me había encargado una bolsa ziploc con un guatootototote de mota, así de "guárdamelo tantito", y a mí me agarraba el miedo y el terror. Y en medio del maneje y maneje una patrulla nos interceptaba y nos decía que nos orilláramos a la orilla, y como estábamos en una cosa que era como el periférico ps no había orilla, entonces no nos orillábamos y Mario daba una vueltesotototota hasta quién sabe dónde. En la vuelta yo decidía confesar luego luego el delito menor, para que no se pusieran a revisar el coche y la cajuela llena de suéteres y mi bolsa con DROGA.

Al fin nos orillábamos a la orilla y llegaba el tira y decía: A ver a ver quién estaba armando ese toque. Y yo levantaba la manita, ponía cara de "ay qué pena" y se lo daba, ahora todo echo bolas y con la mota saliéndosele. Y me decía: A ver acompáñeme señorita. Y yo haciéndole la plática, toda sonriente: Ay poli, qué tonta, ¿verdad?, armando un toque en pleno de Reforma, hay que ser totopa en serio, me sentí en Ámsterdam me cae, ¡y luego ese toque!, todo grande, ni cómo alegar que eran los 3 gramos reglamentarios del consumo personal, ¿verdad poli? Y el poli me sonreía, era todo lindo y bonachón y cachetoncito, y amablemente que me pedía que abordara la patrulla. Era el paseo de rigor pa decirme que de a cómo la mordida. Yo, como soy una dama y no quería que el poli fuera "como mi chofer", ocupaba el asiento de copiloto y él no decía nada.

Era claro que le había caído bien y yo ya veía mi libertad cercana, a cambio de unos billetes. Le seguía diciendo: Y el colmo es que no he fumado en meses, ¡meses!, no como en la universidad que sí era bien pacheca, pero ahora, uuuuh, me cae que ya pasó casi un año de la última vez, ay, hasta deberíamos fumarnos ese toque 'orita, jeje, no es cierto poli nomás ando de chistosita. Y él nomás sonreía, y ya me había empezado a preguntar que cuánto dinero traía yo cuando, bolas periquín, de la nada caen unos "refuerzos". Y uno de ellos era un policía bigotón, una especie de Labastida pero malvado, y se enojaba y regañaba al poli bonachón y hacía que me cambiara yo de patrulla, a la de unos policías malosillos, no tanto como el labastido, pero por ái, como aprendices de maldad. Y ellos no eran platicadores y me llevaban a la delegación.

La delegación era como una clínica del seguro con un aroma más agradable. Yo llegaba sonriente y saludando a la gente como si la conociera. El área de los pachecos-y-delincuentes-a-los-que-habían-llevado-a-la-delegación parecía fiesta de la Facultad de Políticas, pero sin los tamborcitos. Yo empezaba a sentirme muy a gusto cuando decidían darme otra vuelta por la ciudad, supongo que ahora sí para sacarme varo.

Esta vez iban en la patrulla los dos policías gorditos buena onda y dos mujeres siniestronas de ceja depilada, como líderes de ambulantes o estilistas de poca monta o ambas. Me decían que con 100 varos que les diera a cada quien, ya con eso la armaba. Pero en eso me daba cuenta de que sólo traía 63.50 pesos, y había dejado mi tarjeta en el carro de Mario (junto con el guatotototote del delito). Sopas. Les decía que me aguantaran, que ahorita conseguía el dinero vía telefónica. Primero pensaba en mi mamá, pero ni modo de que me llevaran hasta allaaaá al cerro por 400 varo. Luego veía que andábamos por la Juárez, entoces se me ocurría que el buen Sánchez Villa podría sacarme de aprietos, pero su número había desaparecido misteriosamente de mi celular. Después intentaba con Lilián, pero no contestaba.

Los policías seguían manejando al azar y terminaban dentro de Chapultepec, donde yo les pedía chance de ver la Guía Roji con detenimiento a ver si se me ocurría con quién ir a conseguir dinero. Nos bajábamos de la patrulla y nos sentábamos en unas rocas y en el pastito, todos cómodos. Comenzaba a anochecer y nos poníamos a platicar y a compartir una bolsa de rancheritos que ellos traían. Era como un picnic, una cosa muy bonita. En eso llegaba otra vez Labastida II, todo enojado, y los regañaba por estar "chacoteando" en horas de trabajo. Los obligaba a subirse a su patrulla y salir a las calles a "detener el crimen" o cualquier cosa que dos policías pachoncitos y dos mujeres siniestras hagan. A mí ya ni me pelaban, me dejaban ahí sola, frente al lago de Chapultepec de mi sueño, que se parecía más a Manhattan que a la delegación Miguel Hidalgo.

Y me regresaba caminando a mi casa y ya.

Fin.

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