Son las 5 de la mañana, he dejado que el tiempo se esfume porque estoy deprimida y porque no sé qué hacer de mi vida y porque comí demasiada gelatina de piña (marca D'Gari, 100% mexicana) y bebí dos litros de Sangría Light (también proudly mexican). Mi conciencia está tranquila porque no compré ni un solo producto gringo, aunque algunos ingredientes de las cosas que compré sí son gringos, y seguramente también cancerígenos y satánicos. Pero me sentí triste porque sé que nadie peló el boicot (aunque conseguí que Raúl no comprara CocaCola) y me pregunto si no seré yo la que está mal y que si mi ingenuidad y la verga de ocho patas.
Me pregunto también si no terminaré como los jipis descontinuados que venden monstruosos separadores con dibujitos del Che y peyotes y hongos y Marcos (hechos a mano, con plumines Carioca) afuera del metro San Cosme.
Siento culpa por todo lo que hago y por lo que no hago y por lo que medio hago y por lo que hice y no hice y hasta por lo que haré.
Ni siquiera he ido a la muestra. Tengo hinchados los ojos. Me duele el dedo gordo del pie. Y no encuentro mi cortauñas.
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Sobre el título del post:
En mi secundaria era yo bien babosota e impopular. Pinche la Anexa. Yo leía la Revista Tú y me sentía muy frustrada por jamás haber besado a nadie. No me pelaban los muchachos, nomás no, por más que trataba yo de hablar bajito y poner cara de bistec. Tons ahí estaba yo en una fiesta de unos güeyes DE TERCERO (yo estaba en segundo), en casa de una chica que era la fan más grande de Michael Jackson que he conocido en mi vida. Todos se conocían entre sí y reían y bailaban "you gotta lick it, before we kick it, narana nara PUM..." con ultra ritmo y coreografía y precisión. Me sentía chinche, fea, malvestida, gorda, torpe y poco bailante. Refugiada en el rincón.
(pinche azotada, ve al grano)
Tons que se arma el "verdad o reto" y que me ponen a besuquearme con el más feo y pazguato de la fiesta. Y yo cerré mis ojitos y sentí la cosa-molusco adentro de mi boca y ugh. Fue como beber un vaso de saldeuvaspicot, pero sin las cosquillas. O agua mineral tibia a la que ya se le fue el gas. Estuvo bien gacho.
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Ps sí, yo siempre fui de las que quiso encajar (¿y qué y qué y qué?). Ya luego vi que nomás no iba a poder, por eso me hice metalera, pero no por rebelde, sino para poder encajar en un grupo más reducido, donde no estuviera tan difícil la cosa. Ya no me visto de alfombra negra, pero hasta la fecha sigo sin hallarme en ningún lado.
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(me gusta eso de los tres asteriscos, muy elegantes)
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De vuelta al presente:
Se me antojó un toque. JA.
Etiquetas: the thing that should not be