Como no aflojaban ningún depa (se repite el fenómeno de la rotunda negativa ante los ruegos del cliente: ¡
señor, señor! ¡aquí está mi dinero! ¡por favor, POR FAVOR déjeme dárselo a cambio de un servicio que usted ofrece y promociona!), me regresé al cerro.
Estamos en temporada de alacranes, el agua se filtra por las paredes, la Güera huele a perro mojado (porque es un perro y está mojado). Oh, la Güera: ayer estaba tan contenta por tenerme de vuelta que me estuvo lamiedo el tobillo por más de una hora.
Aaaaay cosa.
Hoy hice una hora treinta y cinco minutos al trabajo. Que no es tanto, porque pudieron ser dos horas, o tres o cuatro. Bueno, no.
Y no he terminado de desempacar y no sé si debiera porque ayer Chamirú y yo juntamos una lista de cuatro millones de depas y ya casi casi que aflojan uno en la Roma y a ver si sí.
Pronto: noticias al respecto.
Pronto: parte del mogollón de fotos que se me han acumulado en el celular y que no he bajado a la compu. Les adelanto que hay una de el único, el mismísimo, el legítimo HOTEL TÍO SAM.
Pronto: más posts desde la casa el taller la oficina.
Pronto: mi hora de comida, yum.