Otra aclaración

En efecto, quien tomó mi nombre para decir que yo ya quería borrar este blog no era la misma persona que horas más tarde se apropió del password, la mía fue una deducción hecha a la ligera en un momento de pánico. El método usurpante no fue el jaqueo, sino el abuso de confianza. Una venganza disfrazada de lección, humillosa y culera, al estilo de planas no debo de hasta-que-te-duela-la-mano. Muy de la SEP, el pedo. Y la cagué y me siento culpable y nunca me van a perdonar, pero creo que yo tampoco voy a perdonar nada (y además el miedo ya no es como el de antes, hoy es miedo del malo, miedo heavymetalero), y entonces la cosa queda pareja y lo único que perdí fue varo, pero fácil viene, fácil se va. Y además gané mucho más, en su momento, mucho más (emocional-espiritual-intelectualmente, digo). Ahora volveré a refugiarme en mi poco razonable-razonante coraza de cinismo, porque alfombra ya fui y en un rato no quiero volver a ser.

Procedo a citar, entonces, al más grande maestro de la filosofía de todos los tiempos, Vicente Fox:
A otra cosa, mariposa.