Soñé que una niña de primaria, bien fea, amanecía aquí en mi casa con su uniforme y su mochila
Total que agarraba a la chamaca del brazo y la sacaba al pasillo. Tocaba la puerta de mi vecino del 22, Diseñador Cool, y él abría y en el sueño no se veía ni tres pesos cool, pero sí "era él", y le preguntaba yo que si conocía a la niña y me decía: Ah, sí, es mi hija. Y la agarraba como si fuera un objeto cualquiera, no sé, un tenis o una bolsa de Rancheritos, y la echaba al interior de su casa.
Después salían mis vecinas del 24, Diseñadora Madre Cool y Diseñadora Hija Cool, y tampoco se veían ni mínimamente cool, y yo pensaba: Qué le he hecho a este edificio, que ya nadie se ve cool, les estoy contagiando lo no-cool. Y veía que se estaban mudando, con todo y perro y hurones, y yo veía con ojos de lujuria inmobiliaria su depa, que es dos veces más grande que el mío.
Luego pasaban más cosas que no venían al caso, como que iba yo a una obra de teatro aburridísima en un auditorio de escuela (seguramente el de la Facultad de Políticas), y alguien me reclamaba POR QUEEEÉ me había casado, y yo: Ah, es verdad, no me acordaba, me casé, pero bueeeeeeno, ps luego me divorcio, es nomás un trámite, ¿no? Y había una cancioncita en mi cabeza difícil de tararear pero de la que aún me acuerdo, inédita ella, horrenda ella.
Y me desperté y me di cuenta de que, una vez más, había dormido demasiado. ¡A trabajar!
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