Sueños de hepatitis III
Luego soñé que siempre sí iba a Tokio (¡aún te maldigo Air Canada!). En el aeropuerto conocía a una japonesa que hablaba español y que era lindísima. Me llevaba a una especie de "taller de artesanías" que era como un Bazar Fusión pero 829374832947 veces más chido. Mi hotel era muy chiquito y en el restaurante se comía delicioso (más antojos de hepatitits: noodles). Y una tarde iba caminando con mi japonesa, con Cory-de-la-prepa-ahora-de-Suecia y con un tipo misterioso, que de repente se paraba a hacernos peinados y maquillarnos a todas, así de la nada. Y yo pensaba: ¿por qué estoy desperdiciando mi tiempo de esta manera, dejando que un güei me depile las cejas en pleno Tokio?
También soñé que me cancelaban todas mis tarjetas de crédito "por participar en juegos de azar". Yo que ni sé jugar póquer. Y ya me iba a empezar a pelear cuando me desperté, fiuf, qué bueno.
Y lo más importante: soñé que me tomaba un licuado de plátano como el que me antojó Aniuxa anoche con un tuit, así que hoy me desperté a comer all bran con plátano y soy muy feliz.
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