Omar

A mis nueve años era una niña espantosamente sola, sin hermanos ni primos ni amigos. Tenía pensamientos suicidas, y de no haber sido por Mario Bros, Megaman y las Tortugas Ninja –mi única compañía–, quién sabe qué hubiera sido de mí (*suena música de violincitos tristes de 8 bits*).

Para combatir mi depresión, mi mamá intentaba conseguirme compañía por donde fuera. Cuando oía que iba a haber niños en algún lugar, ella me mandaba a socializar. Sus amigos lo sabían. Uno de ellos, Fernando –que ya se murió, qué mal pedo, era un tipazo–, se llevaba con una actriz de telenovelas de Televisa, que a su vez tenía dos hijos. El mayor iba a salir en una obra de teatro navideña, y después iban a hacer una fiestecita para celebrar que el chiquillo ya seguía los pasos de su madre. Ps a huevo que me llevaron, y yo feliz.

No recuerdo casi nada de la obra, sólo que Omar –el niño-actor– bailaba un número de rap (ay, los noventa). De ahí nos fuimos a la casa de la actriz de Televisa. Yo jamás había visto un jardín tan grande, ni una alberca dentro de una casa en el DF, ni colmillos de elefante montados en bases dDddDddioooro. Estaba impresionada.

Pero lo que me impresionó más fue otra cosa.

Nunca antes había conocido a un niño como Omar. No tenía nada que ver con las bestezuelas con las que estudiaba yo la primaria. Este güey era inteligente, tenía opiniones, era ahí todo leído y chairoso, encantador y, según recuerdo, hasta guapo. Compartíamos la nintendofilia, pero él también poseía cosas chingonsísimas como Legos y discos y Mecanos y libros y juegos de química "Mi Alegría" y películas y coches a control remoto y jardines e incluso una casa de muñecas y no le daba pena confesarlo, porque ps supongo que en su contexto no había unga-bunga-eres-puto y yo que siempre había tenido carritos y He-Manes y Transformers y garras de Lion-O y puros juguetes "de niño" ps me identifiqué y blah. Básicamente, estaba fascinada con él.

Nos llevamos muy bien. Fue mi primera experiencia del tipo clic inmediato + tarde completa con + plática interminable + no me quiero ir de aquí. Por ahí de las 8 PM, cuando ya era claro que éramos el uno para el otro, me lo soltó:

–¿Quieres ser mi novia?

¡UF! Ps claro que le dije que sí, a huevo, ¡cómo no!

O sea: podría no tener amigos ni hermanos ni primos, ¡pero iba a tener un novio! ¡Y queeEeeeEeeeEeé novio!

Ay, qué bonito.

O no.

Porque ps a los nueve años apenas empezaba a moverme sola por las calles de Santa María la Ribera, ¿cómo diablos iba a llegar por mi propio pie hasta el Pedregal profundo? En esos tiempos tampoco había internet ni celulares, y eso de llamar por teléfono y decir "hola buenas tardes, ¿se encuentra Omar?" me mataba de pena, además de que ps qué clase de relación sería esa, no no, peor que el matrimonio.

Nuestro amor murió aquel mismo día, cuando nos dijimos adiós y Fernando me llevó de regreso con mi mamá.

Snif.

***

Epílogo

Acabo de gugulear "nombre de la actriz" + hijo + Omar, y me salió que el güey ya tiene hijos. O sea que no era tan inteligente como yo creía.