Post de mentiritas (aunque dice puras verdades)

Desde la semana pasado ya no trabajo en una oficina. Eso explica que esté a las 3 AM de un domingo-lunes posteando y viendo sitios de playeras y haciendo chamba pendiente y tomando café y contestando mails. Sólo me falta el cigarro y el mérol para completar el cuadro de la freelancera forever, pero no fumo y no me gusta escuchar música mientras escribo tons ya les quedé mal.

Todavía no, pero creo que voy a extrañar el oficinismo. Es en las horas de oficina que surgen frases inolvidables como "Always es un Kótex", además hay agua y café gratis (¡órale con el ahorro!) y cuentas chismes en el elevador y acumulas basura en tu escritorio y luego se arman las chelas y los güísquises a la hora de la salida (que a veces tienen gloriosas consecuencias) y cuando hay cumpleaños compran pastel y te dan vales de despensa (en la quincena, no en los cumpleaños) que aceptan en Palacio de Hierro y blah. P-pero no podría estar aquí a las 3 AM.

Ya me voy porque mañana (al ratito) tengo una junta en Santa Fuck (y me quejaba de las Reputísimas Lomas, pobrecitas), y luego quiero ir al gimnasio a leer, porque ahora eso es lo que hago: me meto al gimnasio y me trepo a la elíptica con un libro y me quedo ahí horas entregada a las más emocionantes aventuras de la literatura universal mientras quemo calorías a un ritmo cardiaco del 65%.

Pronto: posts de verdad.