La verdadera infrahumanidad
Me da terror ir al cine con personas con quienes no he ido antes, no sea que presenten... el problemita. Aunque sé de antemano que ya a nadie le gusta mucho ir conmigo. Porque soy una obsesiva. Porque siempre está el riesgo de que mi cabeza explote y manche las alfombras. Porque todos temen que haya trancazos con algún grupo de coapeños ruidosos contra cuyos pescuezos me abalanzo en forma de ironías que ni entienden (ps no, son de Coapa y seguramente usan pulseras Livestrong) y, y, y.
Pero es que, el punto, el asunto, el problema. HABLAN EN EL CINE. Se ríen, vociferan, comentan, cuchichean, emiten sonidos guturales.
¿No pueden callarse la boca, demonios?
Ayer me enfrenté a un público especialmente horroroso. De domingo. De domingo y en la Cineteca. ¡Gulp! Hordas familiares que salen a pasear TODOS JUNTOS PORQUE ASÍ LO DICTA LA TRADICIÓN. La abuelita coja, los cuatro millones de niños chorreados, el tío con pulmón artificial: a nadie olvidan en casa. Ah, pero hay familias finas que no se conforman con un chapultepecazo, tampoco con ir a Walmart a entorpecer el tráfico de carritos en los pasillos. No, ellos tienen el plus de la presunción, y entonces van a la Cineteca a ver películas DIARRRRRTE. ¡Pesadilla!
Y entonces.
En la pantalla un bebé:
¡AaaaAaaaaAaayyYyY QUÉ LInnNnNnNndOOOOOOOOOOOOooOoOOOOO!
En la pantalla un perrito:
¡AaaaAaaaaAaayyYyY QUÉ LInnNnNnNndOOOOOOOOOOOOooOoOOOOO!
En la pantalla putazos y sangre:
¡TsssSsssSsSSSsssSSssssSSSSssst!
En la pantalla drogas:
¡JAjaJajjajajJaJaja! ¡TsssSSsSsst! ¡Se PASaaAAaaN!
En la pantalla un chiste político o aparentemente culterano:
¡JaJAjAJajAjAJajAjA! *repetición del chiste* ¿Entendiste? Es que *repetición del chiste* ¡JaJAjAJajAjAJajAjA! ¿ENTENDISTE?
Etcétera.
Cuando la gente habla en el cine, juro que vuelven los pensamientos mórbidos que me inspiraba mi maestra de 3ero de primaria.
Los odio. Los odio a todos.
27 Comments:
At 18 abr 2005, 9:21:00 p.m., rf said…
En el cine no se habla.
At 19 abr 2005, 12:16:00 a.m., Cory said…
Tamara! que tal? bueno, poniendome "IN" con esto de los blogs me encontré con el tuyo en el de Niche y bueno; personifico la verdadera aprensión cuando hablan en el cine (en especial cuando está la muestra y se llena la cineteca), lo peor es que las alternativas al problema se reducen a un Shhh!!! que muchas veces ni funciona y por eso no lo uso, malditos! han copado el cine (las butacas). Ojalá existiera como un "callador" estilo los señores de las lamparitas que te guían cuando entras tarde a la sala. La verdadera infrahumanidad, en efecto.
At 19 abr 2005, 12:17:00 a.m., Mateo said…
"Los odio. Los odio a todos.".... uuuuy... otra vez el lado oscuro de plaqueta sale a relucir.
Pero metiendonos al tema... si!!! es odioso!!!... por que lo hacen!!!... que pasa por sus cabecitas!!!.
Lo que yo hago, una vez que han desviado mi atencion de la pelicula, es empezar a fantasear sobre levantarme de mi asiento y arrancarles sus laringes completamente para que no puedan emitir sonido alguno... o simplemente provocarles muertes muy dolorosas... a fin de cuentas te fastidian la pelicula, pero tu estres queda bajo control y viviras mas...
At 19 abr 2005, 9:26:00 a.m., Dra. Kleine said…
Seguro que te entiendo!! Seguro oh si! y no sólo en el cine, pasa en el teatro, en una comedia, en cuanta cosa sabes que deben cerrar el pico e insisten en llevar doritos, fritos y porquerías para que se escuchen sus mordiscos y no el diálogo del actor...Que hago? Me da coraje, un SHHHH y vociferar, aunque nunca escuchan. La cultura no sólo se ve. Se aplica!
At 19 abr 2005, 10:16:00 a.m., gabo said…
Lo peor es cuando en el grupito de los de enfrente, uno de los que van fue notoriamente obligado a ir a ver la peli "diarte" y toda la película se la pasa quejándose: "A ver, ¿qué es eso? ¿para qué?" o "no vuelvo a venir contigo" y cosas como "Hubiéramos ido a ver 'Miss Simpatía 2', te dije"...
At 19 abr 2005, 11:02:00 a.m., Blue Drake said…
Ah me choca, pero yo si he hablado en el cine y salido con gente que habla en el cine!!! grrrrrr no es de siempre... es como mi alter ego... Ah tenia que decirlo..
y como the plaqueta blogger show se ha convertido en uno de los leidos y escribidos de mundo blogero lo tenia que decir anonimamente a 37 o pichemil
cabrones que no me conocen pero que leeran este blog y me condenaran o me comprenderan por mi conducta anti-silenciosa
Ah ya me siento mejor.. he dado el paso 1 de 1200.. aceptacion
At 19 abr 2005, 11:41:00 a.m., hugo said…
la solución: vete a españa y métete a un cine. allí es obligado hablar todo el tiempo a todo volumen. todo el público lo hace de principio a fin de la peli. es el infierno del cinéfilo. cuando vuelvas, aquí te parecerá el cielo. pero eso sí: aquí el cubre nariz es obligatorio, para no vomitar con la peste de tanta madre palomera mantequillosa.
At 19 abr 2005, 11:43:00 a.m., Plaqueta said…
Hellraiser: exacto, todos esos que dices INVARIABLEMENTE harán ruido (salvo las parejitas de novios, esas A VECES se quedan calladitas haciéndose arrumacos silenciosos). Lo gacho del asunto es que CUALQUIERA te puede salir con la sorpresita. Por ejemplo, hay chairos que hablan y gritan aun cuando van completamente solos al cine. O señores barbudos que se veían muy respetables, pero que nel, a la mera hora se ríen como santaclós cuando en la pantalla alguien se echa un pedo.
Marsopa: Primero, ps es que no existe tal cosa como "película diarrrrte". Mas la gente que cree que sí, grrr, es la más molesta. Y de que en la muestra hay basura pa' tirar pa' arriba, la hay, cómo no. Pero ps el chiste es verlas todas y tener sobredosis de cine hasta que te duelan los ojos y las orejas.
Lo de la risa es especialmente difícil, porque nadie tiene autoridad para "callarla". Se supone que es un derecho que compras junto con tu localidad. Pero de que es molesta, grgrgrgr, lo es. El problema es que NADA, ni las primeras de Woody Allen, ni Buster Keaton, ni siquiera el Dr. Simi, son capaces de arrancar risas de semejantes decibeles. Las carcajadas "sociales", que no salen del corazon, sino de un retorcido afán por demostrar-que- me-estoy-riendo- y-que-nadie-deje- de-enterarse, son una cosa siniestra.
Yo me río, ps sí, tampoco soy tan amarguetas... pero nadie se tiene que enterar. Tengo un volumen humano y decoroso. Y, por supuesto, no me río ni de caídas ni pedos ni perritos ni obvios giros de la trama ni infidelidades descubiertas ni de que un personaje no sepa lo que está pasando mientras que yo público sapiente y aventajado sí porque la construcción del guión ya me lo dejó saber y ahora me creo mucho y por eso me carcajeo aunque yo no sepa que es una forma muy babosa e ingenua de proyectar mi sentimiento de inferioridad...
Y ajá.
Yvonne: Bah, no te preocupes, creo que todos lo hemos hecho. Hasta yo he sucumbido, cuando todos mis acompañantes son ruidosos y en la sala no hay nadie que manifieste molestias (porque son igual de ruidosos). PERO NO SE DEBE HACER.
At 19 abr 2005, 11:45:00 a.m., Plaqueta said…
Hugo, qué horrible, ¿y qué hacen los españoles maniáticos como yo? ¿Puro devedé? ¿Y es cierto que allá todas las películas están dobladas, y no hay forma de escapar de ellas? Horrores horrores.
At 19 abr 2005, 12:05:00 p.m., Unknown said…
*Corto de una película que pasará próximamente*
-Tsss... ora, se ve que va'star chida, veá?
-Sí, caón, hay que venir a verla...
Se me hace el diálogo más pendejo que he escuchado... y lamentablemente ha sido más de una vez... y lamentablemente una amiga suele hacerlo... por eso yo mejor voy a que me sangren al globaliBlockbuster...
At 19 abr 2005, 1:32:00 p.m., Anónimo said…
...pues buenísimo tu post y mejor el anterior, una duda:
tu maestra te pide que uses la regla cuando le vas a cortar el brazo?
lo peor, alguien que ya vio la película va con su amigo y le va diciendo lo que va a pasar...
At 19 abr 2005, 3:04:00 p.m., Flacoman said…
La solución es irse hasta atrás con una bolsa de cacahuates en las manos...
Cacahuatazo al que hable... nunca se dan cuenta de quien fue.
At 19 abr 2005, 6:40:00 p.m., Pami Yasbeck said…
Yo he sufrido todas esas situaciones, lo peor es que en su mayoría la gente molesta son conocidos, por no decir: parientes. Casi no he ido al cine contigo pero hemos sobrevivido muy bien, sobre todo el día maratonesco, a pesar de que "vivo en cierta zona" y "uso ciertos accesorios".
P.D. En la Cineteca de por sí hace calor, mucho calor (como dice la canción), mucho más cuando está lleno.
At 19 abr 2005, 6:59:00 p.m., Luis Ricardo said…
A mí también me causa ira el asunto. De hecho, en principio fue una de las cosas que me cayeron bien de ti. El mismo silencio y el mismo deseo de lanzar basura a la gente que habla en el cine. ¿Algunos creerían que en el CUEC se está a salvo de eso, verdad? De ninguna manera. Un tipo me dijo en los avances previos de una película de festival (a todo volumen) -AaaaAay a poco ves los comercialeeEES...
Claro que no, pero este lugar me inspira respeto.
At 19 abr 2005, 9:34:00 p.m., Anónimo said…
Pues si, así es esta v i d a en sociedad, hay que tolerar tantas cosas............ ay .
At 19 abr 2005, 10:14:00 p.m., Anónimo said…
Conocí a una chica que trabaja para una empresa que tiene doce cines multisalas entre París y Lyon. Su trabajo consiste en ir a una sala de proyecciones privada en su oficina, habiendo seleccionado las dos películas del día, para verlas, clasificarlas, y de ser buenas, programar su proyección en alguna de las salas comerciales.
Le dije que envidiaba que ella se ganara la vida viendo películas en una sala toda para ella. Se quejó del estress que conllevaba elegir para proyección un filme, que fuera después criticado como algo detestable, y que la crítica llegara a manos del jefe.
¿Qué puedo decirte?
At 20 abr 2005, 1:46:00 a.m., El Mareo said…
Pues sí. Yo sí he hablado en el cine. Y qué.
Nah, nah, ya aprendí la lección y ya no salgo con Alejandra. Pégalas y ahí muere.
At 20 abr 2005, 2:42:00 a.m., rf said…
Tengo que balconear a Ricardo. Aún en las películas más infrahumanas que nos llegaron a proyectar a lo largo de la carrera, él parecía dispuesto a asesinar a cualquiera que interrumpiera la proyección con alguna broma. No era lo mismo estar en clase que ir al cine, pero para Ricardo la película resultaba por demás sagrada, aun cuando se tratara de Joris Ivens, Paul Leduc o alguna cosa así. En el CUEC nadie se comportaba en las proyecciones, eso es un hecho. Pero Ricardo se sentaba hasta adelante, miraba la pantalla y escuchaba odiándonos a todos sus compañeros.
At 20 abr 2005, 3:16:00 a.m., Chamirú said…
Ay plaqueta. Plaquetísima. Plaqueta hondísima. ¿Por qué te empeñas en recrear las mismísimas cosas que a todos nos hacen igualmente salvajes?
Tengo que empezar por mis pecados (obviamente). Recuerdo, sí, una gran época en la que me era imprescindible andar buscando explicaciones (y por lo tanto) hablar cosas en voz alta mientras en el cine.
Recuerdo también que, aun entonces, estaba dispuesto a machacar a chingadazos a todos los que se atrevieran a hacerlo sin un buen motivo.
Hablaba recio pero desgañitaba contra los que lo hicieran nomás "a lo pendejo": Así de precisos creía mis juicios.
Luego formé parte de tu clan. Despotriqué por décadas contra el que se atreviera a siquiera susurrar durante una película. Fuera "diarte" o no (nunca entendí la diferencia).
Ahora simplemente rehuyo toda congregación. Temo y temo hasta el hartazgo toda reunión que implique más de 5 personas. Soy un enfermo de los números nones. Me dan miedo todos los tumultos, aun si sólo significan un puñado de opiniones.
He optado, obviamente, por no ir al cine. Y si extraña vez lo hago, procuro que no sea durante festivales (o muestras o proyecciones aleccionadoras y colectivas de la UNAM).
Solo me atrevo a participar si resulta que más del 90 por ciento de la sala se compone de aire. Aire fresco. Lejanía, soledad, libres alharacas.
Puede sonar demasiado misántropo, (lo sé y no tengo ganas de explicarlo), pero me resulta más que cierto el saber que, por ningún motivo, alguien distinto a mi podrá arruinar la función. Lo curioso es que a veces, aun si en la soledad, me precipito a hacerlo yo mismo. Sin culpas ni reclamos me vuelvo el mismísimo putrefactor de mi película.
Y otros días me repelo. Me saco a mi mismo de la sala, y sin embargo permanezco ahí dentro.
Pura locura.
At 20 abr 2005, 8:16:00 a.m., Anónimo said…
Las salas de cine no son templos del silencio. La proyección de películas supone entretenimiento y convivio social, no un silencio sepulcral como el que añoran Plaqueta y los demás bloggeros que asustan por su intolerancia. Es cierto que es molesto cuando la gente habla, pero a final de cuentas, siempre hay una manera de ir a una proyección sin familias o simplemente de rentar un DVD.
Plaqueta, no puedo creer que te moleste la risa de la demás gente, acaso la gente tiene que reir con moderación para no molestar a histéricos de cine como tú? La verdad es que tu obsesión por el silencio y el decoro cinéfilo nunca te harán disfrutar plenamente de una película en el cine. Sigue las instrucciones:
Sit back.
Relax.
Enjoy the ride.
Ultimadamente, la solución del cacahuatazo de flacoman me pareció muy divertida.
En Seinfeld había un "soup nazi". Estamos leyendo el Mein Kampf de la "movie nazi"?
At 20 abr 2005, 8:30:00 a.m., Plaqueta said…
Raúl: Yo estoy con Ricardo. Recuerdo una clase en la que nos pusieron grandes joyas de la cinematografía como "Simone" (sí, la de la tipa virtual comandada por Al Pacino) o "Nunca te vayas sin decir te quiero" (¡el niñito judiíto mmMmaaAás tierno del mundo-o!). Y aun así yo me sentaba en primera fila y despotricaba contra el ruidero de mis compañeritos, exponencialmente más ñeros que los del CUEC (porque además sus comentarios no son pretenciosas críticas, sino honestos y legítimos gritos de espanto cuando el asesino entraba en escena, o chillidos comodecochinosiendodeshollado cuando al niño le pasan cosas ho-rri-bles). Me ponía a murmurar yo sola cosas como "pinchespendejosestúpidosyacásensey-
búsquenseunempleodeoficinistaoamade-
casaperonovenganausurparelpincheaire-
queyorespiromalditoslárguense". Sé, soy una amarguetas.
Aunque confieso que cuando fuimos a ver "La segunda noche" al CNA sí me uní al pinche ruidero que se traían Mario, Edemege, Pisanty y Lüge.
Xamiru:
Las mejores funciones son en cines poco como Gran Sur o Altavista antes de la una de la tarde. Varias veces me ha tocado estar completamente sola. Si algún oficinista ruidoso cae, casi siempre hay mucho espacio para sentarse lejos lejos de su apestoso sistema fonador.
Quizá yo también optaría por quedarme en casa a ver devedés, pero como no tengo una "casa", sino un nido de ratas que comparto inevitablemente mi santa madre y con la tía bulto, ambas extremo ruidosas, pues no hay condiciones. Huyo al cine.
At 20 abr 2005, 9:37:00 a.m., Plaqueta said…
Anónimo, ¿alguna vez he propugnado la tolerancia como "un alto valor de nuestra sociedá", o algo parecido? Pa' nada. (http://plaqueta.blogspot.com/2004/08/el-derecho-la-intolerancia.html#comments) Sí soy una rabiosa, una nazi, y una elitista de porra. Yo no me puedo sentar y relajarme cuando hay un baboso diciendo "mira, un perro", cuando aparece un perro en la pantalla.
At 20 abr 2005, 12:51:00 p.m., Anónimo said…
No tiernísima plaqueta, quien hable de la tolerancia como algo positivo, ignora lo que quiere decir el término tolerar. Y que, en todo caso es lo que tú y la mayoría de los bloggeros hacen cuando van al cine, y, atrás, a un lado, o adelante, se planta un grupo de "imbéciles vociferantes" o cualquier variante de quienes "no-deberían-ir-al-cine", y por los que suele sentirse un sordo e inmenso rencor, en silencio; respetando sus prácticas a pesar de ser contrarias a las propias (cuarta definición de la rae de tolerar).
De hecho, si nos vinieras a platicar que ya no te dejan entrar a la cineteca porque mediomatasteaalgunafamiliaquenolograbacallaralniño, entonces creo que podremos hablar de intolerancia, y no precisamente por parte de la institución que te niegue el acceso.
Creo que la proyección de películas, aun cuando debido al modelo comercial --que conlleva repartir los costos entre el mayor número posible de asistentes, y venderles a estos últimos toda clase de chucherías al triple del precio-- supone cierto convivio social, este es reprimido por distintos factores: Se apagan las luces, nadie puede ver a los ojos a los otros; todos los sillones están dirigidos hacia una dirección, esto indica que lo importante se presentará en la pantalla; en la pantalla misma aparece una secuencia de imágenes, acompañada de sonidos con distintos volúmenes, diálogos, música, y silencios, a los que normalmente hay que ponerles atención para lograr entender el conjunto de la película de manera más completa, etc.
Por lo tanto el cine supone cierto convivio social, solamente de manera circunstancial, y que es contrario a la intención sugerida por la oscuridad y el medio, que implicarían cierta intimidad, compenetración, o incluso enagenación.
¿Es legítimo que cualquiera quiera ir al cine?, lo es. ¿Es legítimo criticar la falta de educación cívica de nuestros compatriotas?, definitivamente, siempre y cuando se critique con ello a un modelo de convivencia más amplio que a los individuos que son ruidosos en la sala. ¿Es legítimo detestar una situación que se tiene que tolerar?, absolutamente. Y creo, que es más legítimo aún, hacer algo para no tener que tolerar aquello que se detesta, pero como no nos vamos a poner a corregir o educar a otros seres humanos adultos, ni nos es posible reformar todo el sistema educativo y cultural, a los que no soportamos tener que sufrir (sinónimo de tolerar) que un modelo comercial nos imponga un convivio social que no deseamos, no nos ha quedado más remedio que dejar de ir al cine.
Tarán.
At 20 abr 2005, 2:45:00 p.m., Blue Drake said…
Odio a los que llevan a ninios al cine.... si si los odio y si no pueden ir al cine porque tienen tres criaturas, pues no vayan y renten DVDs
Ellos tienen derecho a estar ahi... y yo tengo derecho a sacarles la vuelta y hacer jetotas y mis comentarios de lo irresponsables que son por traer bebes a ver peliculas de suspenso... donde son los silencios seguidos de accion y gritos los que hacen toda la pelicula, no los chillidos de los bebes continuados de explicaciones del papa o mama de que es lo que esta pasando .. y mis amigos tienen derecho a sentir un poco de verguenza de mi intolerancia ... y yo tengo derecho a comprar mis palomitas con coca ligth sin hielos... y por ultimo cuando mi alter ego sale y comenta algo de la pelicula tengo derecho a recibir tremendo cacahuatazo de algun intolerante como yo ... y yo a contestarlo armando tremenda alharaca en plena pelicula ... y ora si ya bye
At 20 abr 2005, 4:27:00 p.m., Luis Ricardo said…
Debo aclarar una cosa: El cabrón que dijo "¿Ves los comercialeees?" es Hadad. No vayan con él al cine... De lo del CUEC, como Raúl bien sabe, la salita "Caballo Rojas" mide cuatro por cuatro, por lo que no sólo se oye lo que diga cualquiera, sino que resulta demasiado si alguien como, digamos Pepe Valle hace chistes -algunos muy buenos, debo admitirlo- durante la película. Es imposible verla. Y sí, fui el fan número uno de la clase de Documental antiguo... ¡Viva el holandés volador! ¡Viva el mole de guajolote!
At 22 abr 2005, 12:55:00 p.m., Hector said…
Verde Plaqueta:
Nunca antes me había sentido tan comprendido por una persona: Odio cuando la gente (que es ignorante, desconsiderada, irrespetuosa, falta de educación) hable en el cine. Yo ejerzo mi derecho de disfrutar una pelicula en silencio y, repetuosamente, aunque en un tono que denote un poco de encabronamiento, les pido que guarden silencio. No falta el naco que se indigne y otro pendejo que te responda: si solo estamos platicando... Como dicen: "Hellooo!" de eso se trata imbécil, a platicar a un café o mejor renta la película y quédatela a ver en tu casa donde puedes hacer toda clase de comentarios que delaten tu ignorancia, idiosincracia y complejos insoportables para mis oidos POR FAVOR!.
Pero bueno, deseo que la próxima vez que estés en el cine puedas disfrutar de la película como debe ser: en silencio. Un saludo.
At 10 ago 2023, 7:11:00 a.m., Anónimo said…
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