Hoy me encontré un billete de 20 pesos en el piso de la facultad

Sí, y después de un rato recibí una oferta de trabajo ENORME, FABULOSA.

Mil proyectos, mucho dinero, trabajo seguro, prestaciones. Iba a entrar por la puerta grande. Hubo buena vibra con los otros asistentes, hasta al contador de bigote le caí bien.

Ah, pero a la mera hora resultó que había "algo más" de por medio. (Cof, cof, eufemismos, cof cof, soy una pinche señorita).

Rechacé la oferta con absoluta naturalidad y una gran sonrisa, entre inocentota y picarona.

Las gringas iniciaron la moda de demandar y jalarse los pelos por cualquier cosita. Lipovetsky dice: no mamen, eso está bien pasado de moda, las mujeres posmo-ultra-cool no se andan con babosadas feministas tontas. Ya saben que tienen los mismos derechos, que pueden hacer lo que se les dé la gana, y que igual podrían intentar ligárselas en un vagón de metro que en el ambiente ejecutivo y la verga de ocho patas. Bueno, no dice eso, pero más o menos, ¿no? Y yo soy una chica-Lipovetsky, ¿vVvVvvessss?

Tonses: no panchos. No me siento chinche de que mi linda-sonrisa y mis lindas-piernas puedan, a veces y con mucha suerte, medio abrir puertas, que luego yo solita decido cerrar. Qué bonito ser joven e inocente y confiar en mi infraestructura mental, qué hermoso darme estos lujos y ver con buenos ojos la tarea de radio, los humildes proyectos de video, mi columnita de los viernes.

No soy ambiciosa, nah. Y además hoy me encontré un billetote de 20 pesos en el piso de la facultad.