¡Nooooh!

Hay algo "especial" (juar) con eso del horario de invierno. El que te devuelvan una hora de vida no es cualquier cosa. Es revitalizante, es alentador, es un putazo de energía. Por eso me gusta estar consciente-presente-constante-sonante en ese pequeño viaje en el tiempo. Como (referencia geek warning) Pete joven de The Adventures of Pete & Pete, cuyo sueño es hacer algo heroico e inolvidable ese día a esa hora para pasar a la historia y que hasta le hagan un bolígrafo-souvenir conmemorativo de su hazaña (y lo consigue y todos felices y gran episodio es).

Del año pasado tengo una memoria poca madre que por más que se esmeren en manchar de cochambre o por más que me esmere yo en manchar de cochambre, ps nomás no se podrá. El antepasado por lo menos estaba fiesteando. Pero este, ay, se me olvidó.

Sí, así nomás, hoy desperté y me di cuenta de que era una hora más temprano en los relojes inteligentes y dije qué pedo y me acordé y dije chale chale chale. Ayer fuimos a ver a Ladytron, que a mí me encantó y a los demás no tanto, y luego todos a sus casas y tan tan. No hubo viaje en el tiempo, no hubo adrenalina, no hubo ni cambiar los relojes a mano en el momento del mero mole. Buh.

El próximo año no dejaré que esto ocurra.