Ps sí, fui a la marcha

Ay, guácala, con todos esos mugrosos que apoyan a AMLO y que son pobres porque ellos así lo quieren. En vez de que lean tratados de economía y viajen a Washington DC como nosotros los emprendedores que sí le echamos ganitas, ach, pinches nacos.

Bueno, ya, las fotos.

Tan simple, tan cierto.

Los próceres, de grillosos una vez más.



El Caballito combinó perfectamente con el evento.



Disfraz de Sol Azteca, el de moda esta temporada.



La verdadera utilidad del pinche taller de papel maché de la secu.



Generalmente me cagan las fotos con niños, pero en estos eventos hay excepciones que híjole.

No mamar. Yo quiero uno. Y nunca supe quién los vendía.


En cambio, sí me topé con éstos, par de personajazos que vendían EL souvenir MÁS chido:


¡El AMLito de fieltro!


Juar juar.


***

Después dela caminatototota y de ir a dar una vuelta a la Plaza de la Computación (qué pinches y qué caras están las webcams), mi mamá, Gonzalo y yo fuimos al Zócalo (al que no pudimos acercarnos ni tantito a la hora de la hora porque ps obviamente ya estaba hasta la madre). Ahí, con Niche y Osiel, nos agarró el aguacero más cabrón de la historia. Nos refugiamos en los arcos, junto con un montón de gente. De repente, el viento empezó a soplar tan pinche fuerte que todos gritamos histéricamente, pero ps como los ánimos posmarchosos estaban encendidos, hubo risa colectiva, y hasta un güey comenzó a gritar "Obrador... Obrador...", así sin ninguna lógica ni motivo. Pero igual todos los seguimos y fue un final feliz como de caricatura japonesa donde todos se carcajean a lo pendejo.

Ffffffssssshhh.

Y ya. Nos vemos el domingo 30.