Ahora sí, AHORA SÍ

Bueno, ya que se me hizo tener un celular con cámara, tenía que conseguir algo que valiera la pena fotografiar.

Y entonces me compré un coche.

¡Pero no cualquier carro! Señoras y señores, blogueras y blogueros: con ustedes... ¡El Pez-Águila!

Ps sí, así le puse, ¿y qué y qué y qué?

Es hermoso. Es el coche más vacilador del mundo. Las puertas no abren por fuera, sólo la del chofer, y tiene una cerradura bancaria de seguridad infranqueable. Además, le incluye: la alarma falsa para despistar al ladrón, el sistema secreto de encendido (la indicación de que está prendido es un foquito rojo de CRISTOOO), los vidrios eléctricos instalados en casa, el ventilador pa'l calorcito, la luz neón en el interior (¡wow!), el alerón quesque aerodinámico con estampitas que dicen "turbo" (se las voy a quitar y lo voy a pintar de rosa), el quemacocos panorámico (porque ni abre, es nomás para ver el cielo), las vestiduras de plástico amarillo con negro pa' que a uno le salgan ronchas en verano.

Se está cayendo a pedazos y lo amo.

Sólo me falta re-aprender a manejar y entonces: Plaqueta, amenaza al volante. Bigüerrrrr.