Vacunas

Mi mamá estaba segura de que la vacuna contra el sarampión que nos pusieron a todos los chiquillos de mi generación era en realidad un maléfico brebaje para hacernos estériles, parte de un avieso plan gubernamental para truncar de forma poco derechohumanista la multiplicación genética de los pobres.

(luego se le olvidó, prueba de ello es que casi se infarta cuando hace unos años le conté que el condón de mi novio se había roto y responsablemente me conminó a emponzoñarme con un enorme puñado de microgynones)

Ahora me pregunto: ¿será que estamos gastando en vano millones de dólares en pastillas y condones, cuando en realidad ni nos funciona el horno (juar)? ¿Estaremos alimentando sin motivo a las malévolas compañías transnacionales?

Yo por si las moscas les voy a seguir entrando. Total, "no engordan y ayudan a mantener mi cabello sedoso".

***

Ahorita mientras me bañaba me empezó a doler y dar comezón la cicatriz de la vacuna contra la polio tuberculosis (gracias Luis Salazar). Me fijé por primera vez en ella, y tiene la forma de la cuenca del Valle de México. No quiero asustarlos chavos, pero puede que sea una señal de que una catástrofe natural va a ocurrir. Si no, por lo menos de que va a llover bien acá. Háganme caso, salgan hoy con paraguas, botas, impermeable y sus documentos en una bolsita de plástico.