El FICCO hasta ahora

Juré que este año no pelaría el FICCO, pero ps es inevitable y ahí ando yendo.



1. Primero fui a una película horrorosa llamada Vacío Óptico porque la reseña se oía bien. A los 10 minutos me quedé dormida (riquísimo), y desperté cuando los créditos iniciaron. Mi mamá y Falconi casi me matan por llevarlos a ver esa basura anodina y pretenciosa. Yo les dije: ya ven, paa que no vienen equipados con sueño como yo.



2. Luego fui a $9.99, antojo de mi madre. Qué cosa tan chida y linda y divertida. El único problema fue el PINCHE PÚBLICO, que como era una película de animación "pensó" que era "de risa y risa", entonces:
Personaje 1: ¿Me regala un dólar para un café?
Público de Cinemex Casa de Arte: ¡JAJAJAJAJAJAJJAJAJJAJAJAJ!
Personaje 2: No.
Público de Cinemex Casa de Arte: ¡JAJAJAJAJAJAJJAJAJJAJAJAJ!
Etcétera.



3. Hoy Falconi me llevó a Mr. Freedom, de William Klein. Bien chingona y no mamadas, extremadamente vaciladora, precursora del género de vamos-a-burlarnos-de-los-gringos pero así bien chistoso. No sabíamos que el mismísimo director iba a estar al final de la película, fue una sorpresa bien bonita, aunque estaba de la chingada que la sala estuviera toda vacía.

Y eso no fue, ni de lejos, lo más de la chingada.

Resulta que Klein ya está bien ruquito y llegó en silla de ruedas. Pero a la hora de agarrar el micrófono quiso pararse para hablar con la escasa audiencia. Y ps parece que no le gusta que le ayuden, así que le costó bastante trabajo ponerse de pie por sí solo. Cuando al fin lo logró, presencié una escena verdaderamente horripilante, que hizo que me diera vueltas la cabeza del coraje y se me trepara el nazi. El público de culturosos changos amaestrados APLAUDIÓ. Aplaudió que el señor se levantara de su silla de ruedas, como si fuera uno de su calaña, otro chango amaestrado, o un niño del Teletón. NO MAMAR con el coraje que me dio, es que de verdad qué imbéciles, ¡grgrgrgrgr!

Klein estará de nuevo este martes en la Cineteca. Llevaré piedras pa' aventarles por si vuelven a hacer la misma pendejada.


4. Ps sí, fui a ver la de Kitano. Fue función-evento-social, porque todo mundo estaba en la sala. Qué bárbaro qué bien me cae ese güei, y la película, uf, en la universidad me obsesionaba el tema del que trata (no les digo, vayan a verla), en aquel entonces me hubiera enloquecido y la hubiera citado en todos mis trabajos de escuela.




Ya me voy que se me acaba la batería.